El hombre fuerte en el este de Libia amenaza con “interceptar” las naves italianas
La Vanguardia, , 03-08-2017El jefe de las Fuerzas
Armadas de Libia, el mariscal Jalifa
Hafter, ha ordenado que se “intercepte” cualquier nave de guerra que entre en las aguas territoriales libias sin autorización de la Armada. La orden de Hafter, hombre fuerte que controla el este del país, fue enviada a las bases marítimas de Tobruk, Bengasi, Ras Lanuf y Trípoli, según un comunicado publicado este miércoles por la oficina de información de las Fuerzas Armadas libias.
El anuncio se produce después de que Italia diese ayer luz verde a una misión
naval para patrullar las aguas territoriales libias junto a las autoridades locales para combatir a los traficantes de personas y controlar el flujo migratorio. El 97% de los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo Central salen de las costas de Libia. Es un fenómeno gestionado por las mafias, que aprovechan el desgobierno que derivó de la caída de Muamar el Gadafi en 2011.
El despliegue de la misión italiana fue una petición del jefe del Gobierno de unidad nacional de Libia apoyado por la ONU, Fayez al Serraj, el pasado 26 de julio.
La ministra de Defensa de Italia, Roberta Pinotti, explicó el martes ante una comisión parlamentaria que la misión consistirá en “apoyo logístico, técnico y operativo a las autoridades navales libias, acompañándolas en actividades conjuntas y coordinadas”. Se desarrollará hasta el 31 de diciembre frente a las costas de Tripoli y, según la ministra, podrá ampliarse conforme se vaya avanzando en la relación con otras autoridades de la fraccionada Libia. Italia enviará una nave para realizar un reconocimiento previo del área y acto seguido un patrullero y una embarcación con instrumental logístico para reparar algunas naves de la Guardia Costera libia.
El Parlamento libio también expresó su rechazo “categórico” a cualquier solicitud de acuerdo que presente Italia y le pueda permitir violar a soberanía nacional con el pretexto de la asistencia y el apoyo a la lucha contra la inmigración ilegal.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil desde que en 2011 rebeldes apoyados por la OTAN lograron derrocar la dictadura de Muamar al Gadafi. En la actualidad, dos gobiernos se disputan el poder apoyados por distintas milicias: uno sostenido por la ONU en Trípoli y otro en el este bajo el mando militar del mariscal Hafter.
El pasado 25 de julio, Serraj y Hafter alcanzaron en París, bajo los auspicios del presidente francés, Emmanuel Macron, un acuerdo para sentar las bases de una salida del conflicto. Ambos acordaron el establecimiento de un alto el fuego, y la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias “lo antes posible”, previsiblemente en primavera.
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