Tras el cine, la charla

Diario Vasco, 01-04-2006

En los Encuentros 2006 se ha visto mucho cine. Cine bullidor, del que combate con la furia de la cámara, del que asedia al enemigo con la fuerza del guión. Cine de mil banderas y un puñado de países. Se ha visto mucho pero también se ha hablado, se ha discutido, se ha presentado, se ha saltado al otro lado de la barrera. Julia y Aida, parte de la gran familia de Kenia, expusieron sus ideas sobre la maternidad, el cuerpo de la mujer, la pasión y el vértigo de criar a su hija. Mientras, desde el patio de butacas, otras dos madres les discutían la conveniencia de que los niños de parejas lesbianas supieran o no de la existencia del padre biológico. Los gitanos asistentes a la proyección de Romanipen defendieron la belleza de su linaje y la grandeza de sus apellidos: Montoya, Jiménez, Etxeberria… Las damas turcas de Oyun, Ummuye, Pelin, Fatma, pusieron al público mil veces al borde del aplauso. Sobre todo cuando ratificaron el poder del Arte sobre tantas y tantas cosas. La tarde dedicada a la lucha contra el sida, el director de Invulnerable, Álvaro Pastor, y los representantes de las asociaciones Ascagi y Harribeltza recordaron que aunque la enfermedad se haya convertido, de alguna manera y en unos cuantos países, en crónica, no hay que bajar la guardia ni ponernos a vivir la vida loca porque el Mal acecha. La noche de La Zona fue la de Tatiana y Andrei, habitantes de Chernobil. Conocen que la radioactividad, el enemigo invisible, se acumula en sus cuerpos pero la combaten de manera tan simple como espectacular: viviendo en sus mismos territorios del átomo liberado. La guionista de De Nadie, Lisette Argüello, una psicoterapeuta mexicana y Fabrizio, ecuatoriano, defendieron, entre tantas otras cosas, el derecho a no emigrar, a que los pueblos puedan ser felices y plenos en su tierra propia. La noche del estreno de Sisters in Law, la abogada Lourdes Emparanza y la psicóloga Paz del Corral hablaron de la urgencia de que los chavales y las chavalas sepan que cuando uno de los tuyos te requiebra de amores de manera obsesiva, te busca por las calles, te llama por las noches, controla tu vida, no es tanto una historia de película sino de maltrato y coacción. Se habló, sí, en los Encuentros de Cine y Derechos Humanos. Y como siempre, el debate continuó en corrillos en la calle Mayor, en los bares cercanos, en los colegios. Hubo pelea. De la buena. De la dialéctica.

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