Los detenidos por el tiroteo ocurrido el pasado jueves en la población valenciana de Alzira son cuatro varones de una misma familia gitana – el ‘clan de los Mantequilla’ – y tienen 23, 30, 43 y 46 años. Según la Policía, están acusados de asesinar a tiros y a cuchilladas a cuatro hombres del clan de los ‘Kung Fu’ y de herir a la esposa de uno de ellos. Los fallecidos son un varón de 53 años; su hermano, de 37, y los dos hijos del primero, de 22 y 26. La madre de ambos se recuperaba ayer de un disparo en la cara, bajo vigilancia policial. También fue arrestado un quinto agresor, que sufrió dos navajazos en el brazo y el costado, así como fuertes golpes en la cabeza y el rostro.

La Policía cree que otras personas de fuera de Valencia podrían estar implicadas el el cuádruple crimen. Según la Subdelegación del Gobierno, los autores materiales permanecerán en comisaría hasta el lunes con el fin de «esclarecer los hechos y practicar nuevas detenciones».

La tragedia se produjo sobre las 18.15 horas, posiblemente a causa de una disputa por la custodia de una menor. Un nutrido grupo de gitanos acudió a una vivienda del barrio de l’Alquerieta y, tras llamar a la puerta, atacó a los inquilinos con armas blancas y de fuego. Los ‘Mantequilla’ protagonizaron una «carnicería», según testigos presenciales, que hablaron de charcos de sangre en el suelo y salpicaduras en las paredes.

La tensión era tan palpable ayer en L’Alquerieta que la Policía mantuvo el barrio acordonado. Los parientes de las víctimas guardaron silencio, excepto uno que aseguró que los asesinatos serán vengados con sangre «ahora o dentro de varios años». Los jefes de las asociaciones gitanas pidieron a las dos familias implicadas «que no haya más agresiones y que la situación no vaya a más».