Andrei, un niño de nueve años con parálisis cerebral, falleció la noche del pasado sábado en el barrio de Oliver de Zaragoza al incendiarse su vivienda cuando se encontraba solo.

Según los bomberos, el incendio se originó de forma accidental en la cocina americana que había en el salón; al parecer, por un fuego mal apagado. El pequeño falleció por inhalación de humo en este salón.

El niño vivía con Irina N., su madre de 24 años, que en esos momentos no se encontraba en la vivienda. Según confesó después, había salido momentáneamente a comprar.

Llegó poco después, cuando el fuego ya estaba sofocado, e intentó subir al piso, pero la Policía se lo impidió, según el testimonio de algunos vecinos. Tuvo que ser atendida por una crisis nerviosa al enterarse de lo sucedido y fue trasladada en una ambulancia al Hospital Clínico de Zaragoza.

Los vecinos conocían a Andrei y contaron que era habitual ver a su madre sacarlo a pasear en silla de ruedas. Ella cuidaba sola de su hijo, pues el padre biológico del niño la abandonó cuando se quedó embarazada con 15 años. La mayoría de sus familiares y allegados vive en Rumanía, su país natal.

Elena Enciso, de la Asociación de Vecinos del Barrio Oliver, señaló ayer que se trata de una mujer ejemplar y luchadora. La calificó como una «madre coraje que se desvivía por su hijo». «Siempre estaba con él, siempre cuidándolo», dijo.

Andrei dependía totalmente de su madre, pues no podía andar, ni comer, ni hacer prácticamente nada y, además, tenía problemas respiratorios. «Estaba vegetal», contó otra vecina.

Por eso, siempre solía haber alguien con él y, cuando la madre salía a hacer un recado, dejaba al niño con algún vecino de su confianza. Sin embargo, por motivos que se desconocen, en el momento de declararse el fuego el niño se encontraba solo en casa.

El bloque donde se produjo la tragedia lo componen pisos sociales. En los bajos del edificio, la Fundación Adunare desarrolla un programa comunitario de integración para prevenir situaciones de exclusión social y lograr el desarrollo de los niños del barrio, donde hay algunas colonias de etnia gitana e inmigrantes.

Fuentes municipales indicaron que el fuego no ha provocado daños en otras viviendas o zonas comunes, según constató la inspección realizada por personal de la sociedad municipal Zaragoza Vivienda, propietaria del edificio.

Los bomberos tuvieron que sacar a un vecino con la autoescala y auxiliar a otras dos personas por inhalación de humo. El resto de vecinos del inmueble no necesitó asistencia.