DONOSTIA – Las víctimas de las redes de explotación sexual en Euskadi se cuentan por cientos, a pesar de la poca visibilidad de este problema en suelo vasco. De hecho, entre la Ertzaintza y la Policía Nacional han conseguido “liberar” a 450 personas de estas redes, la inmensa mayoría mujeres, y en este caso, también personas transgénero. La mayoría de las víctimas son africanas, latinas y jóvenes de países del este de Europa, que son captadas en sus países de origen, a menudo con falsas promesas de empleo, y una vez llegadas a su destino, son retenidas hasta que pagan la deuda supuestamente contraída con los explotadores por el traslado, como en este caso.

A menudo, estas operaciones realizadas en suelo vasco, principalmente en Bizkaia y Gipuzkoa, tienen conexiones y derivadas con otras provincias españolas y es frecuente que en varias de las acciones policiales se hayan registrado detenciones no solo en la CAV, sino también en otros puntos de la geografía española, dentro de la misma operación.

En Gipuzkoa, especialmente, este tipo de prostitución ya no se encuentra en las calles y se mantiene mudándose de piso en piso para no levantar sospechas. Se estima que en el territorio puede haber unos 75 locales de este tipo, buena parte de ellos en Donostia. La asociación Arrats, que asiste a personas del colectivo de la prostitución, atiende cada año a un millar de personas que ejercen en Gipuzkoa. Pero se estima que hay muchas más y el 90% son inmigrantes. – N.G.