INTERNACIONAL
El 'rey negrero' sigue libre mientras juzgan al hombre equivocado
Numerosas pruebas apuntan a que el detenido en Italia no es el famoso traficante de personas sino un refugiado eritreo
El Mundo, , 01-08-2017Italia anunciaba su extradición hace más de un año y presumía de tener en su poder a El General, el hombre clave en el tráfico de seres humanos en la ruta del Mediterráneo, un eritreo multimillonario y sin escrúpulos capaz de hacinar a cientos de compatriotas en embarcaciones de madera hacia un destino incierto prometiendo un horizonte de abundancia en Europa. El General no es otro que Medhane Yehdego Mered, un eritreo afilado de 35 años con aspecto de rastafari. Tiene a su mujer e hijos viviendo como aristócratas en Suiza y desde 2015 Interpol le pisaba los talones. En grabaciones de conversaciones telefónicas posteriores al hundimiento de uno de sus barcos de fortuna, Medhanie se reía de su “gran capacidad” para sobrecargar los barcos de inmigrantes, mostrando un desprecio sin límites sobre la vida humana. Durante el año 2013 y 2014, el equipo del juez antimafia Calongero Ferrara visitó los centros de inmigrantes de Sicilia para recabar testimonios, descripciones y números de teléfono de Mered. La información fue transferida a Interpol y se dio orden de busca y captura. Desde su base en Tripoli (Libia), usaba la propiedad junto a la playa de otro traficante llamado Ali para esconder a los inmigrantes cerca del mar y luego embarcarlos. Con experiencia de traficante de personas en el Sinaí desde el año 2010, Mered fletó su primer barco en la primavera de 2013, a mil euros por inmigrante y siguió al menos dos años más amasando una fortuna estimada en 10 millones de euros.
Medhane Yehdego Mered.
Su suerte se torció cuando Italia puso en marcha la Operación Glauco y anunció que había una recompensa por él. Varios señores de la guerra libios intentaron secuestrarlo para cobrarla. Huyó por carretera hacia Egipto, con un AK47 oculto en su vehículo. A partir de ese momento, la justicia italiana sigue su pista en Facebook, donde Mered va colgando fotos de una boda en Sudán, un bar en Etiopía o un centro comercial en Dubai. Un “activista”, no un "traficante"La periodista eritrea Meron Estefanos, desde su emisora Radio Erena, la voz de la diáspora eritrea en el mundo, dedicó un programa a denunciar a las mafiosos como Mered. Para su sorpresa,Mered llamó en directo al programa. Negó las acusaciones de haber violado a mujeres inmigrantes, pero admitió su papel como traficante de seres humanos: “No les pongo chalecos salvavidas porque, ¿dónde iba a comprar 500 chalecos sin que nadie sospechara que soy un traficante?”, se defendió. Según sus palabras, se ve más como un “activista” que ayuda a la gente que un mafioso sin escrúpulos que se enriquece con la desesperación de los inmigrantes. El 21 de enero de 2015 un agente británico advirtió a la Interpol de que Mered estaba en Jartúm, que usaba un número de teléfono fichado y que había que detenerlo. Después de negociar con las autoridades locales, el 24 de mayo la policía sudanesa localizó ese teléfono, detuvo a un hombre y avisó a Italia: “El pájaro está en la jaula”. El sospechoso llegó a Sicilia esposado y en avión privado. Sus fotos aparecieron en la prensa internacional. “El rey de Libia”, titularon algunos. Entonces, entró de nuevo en escena la locutora Meron Estefanos. Cuando decenas de inmigrantes en Italia y en el resto de Europa vieron las imágenes publicadas en lugares como la BBC, llamaron a la emisora Radio Erena. Todos coincidían: “Es el hombre equivocado”. Cruce de llamadasEl detenido no es, según multitud de testimonios, Medhane Yehdego Mered, sino Medhanie Tesfamarian Berehet, un refugiado eritreo que pasó por Jartúm y que pretedía llegar a Libia para cruzar el Mediterráneo. Él mismo llamó desde su escondite a la red de Mered para conseguir un pasaje en uno de los barcos hacia Libia y ese cruce de llamadas alertó a los británicos. Cuando los sudaneses lo detuvieron, siempre según su testimonio en los interrogatorios, le despojaron de sus documentos de identidad y le propinaron una paliza. Después fue entregado a Italia. EL MUNDO ya contó hace un año su historia rocamblesca. El problema es que hoy, 13 meses después, aún sigue en prisión y el proceso no se ha detenido, a pesar de que las pruebas que desmienten que no es Mered han aumentado. Hasta el gobierno de Eritrea, del que huyó el refugiado Medhanie Tesfamarian Berehet, envió una notificación oficial a Italia reconociendo que es quien dice ser y no el traficante de personas. Italia no posee ningún acuerdo legal con dicho Ejecutivo (el último país estalinista en África) y el juez rechazó el escrito como prueba para liberarlo.Mientras Mered, nueve años mayor, traficaba con personas, Beheret obtenía su título de bachillerato. La familia presentó ese documento y algún otro. Ninguno ha sido aceptado por Ferrara. En mayo de 2016 el periodista de investigación Ben Taub encontró a la mujer de Mered en Suiza y sus palabras las publicó en The New Yorker. Lidya Tesfu le contó que su marido sigue llamándola una vez al mes desde un lugar que nunca revela y desde un número oculto. Por supuesto, asegura que el detenido no es su marido. Mientras, Medhanie Tesfamarian Berehet sigue en prisión preguntando a todos porqué le llaman Mered. Está sólo. Su familia ha viajado hasta Italia para visitarlo pero las autoridades, que registraron el detenido con el nombre del traficante, sólo dejan pasar a la cárcel los familiares del mafioso, no a los del refugiado. El juez cree que se trata de un alias y este proceso de Kafka no se detiene. Patrick Kinsley, reportero especializado en Inmigración publicó que los sudaneses jamás comprobaron sus huellas dactilares al detenerlo. Medhanie Tesfamarian Berehet se pone a llorar en el tribunal cada vez que su vista judicial se pospone un mes más.
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