La Comisión Europea ha concedido un nuevo paquete de ayuda de 209 millones de euros para desarrollar políticas de integración para personas refugiadas en Grecia, según anunció hoy en Atenas el comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides.

Uno de los objetivos del programa de la UE es la transferencia gradual de población refugiada de campos a viviendas, proporcionando 22.000 plazas de alojamientos urbanos a las que esperan que accedan hasta 30.000 refugiados para finales de 2017.

Otra pata de este paquete es una ayuda financiera en forma de tarjetas mensuales prepago con las que las personas refugiadas puedan hacer frente a necesidades básicas como comida o transporte y que les permitan gestionar su propio presupuesto.

Grecia, donde se concentran más de 62.000 refugiados, ha recibido desde finales de 2014 y hasta 2020 más de 1.300 millones de euros de ayuda de la UE para la gestión de la migración y de fronteras.

Stylianides señaló que este programa “es un elemento de cambio en la forma de prestar ayuda para mejorar la vida de las personas” y añadió que la meta es conseguir que los refugiados tengan “vidas más seguras y normales”.

La llegada masiva de refugiados, iniciada a finales de 2014, “pilló desprevenida a la UE”, afirmó Dimitris Avramópulos, comisario europeo de Migración, que señaló que “Europa está a prueba, y la gestión de la crisis de refugiados es la principal”.

En referencia a República Checa, Hungría y Polonia a quienes Bruselas dio ayer un plazo de un mes para que empiecen a cumplir sus obligaciones de acogida de refugiados, Avramópulos señaló que la solidaridad es un obligación legal para los países de la UE y que sus miembros tienen que respetar las decisiones de la Comisión.

El ministro griego de Migración, Yannis Muzalas, quiso recordar el avance desde el estallido de esta crisis humanitaria, cuando “había miles de personas llegando cada día a nuestras costas”.

“Ahora tenemos la posibilidad de integrar a estas personas gracias al acuerdo UE-Turquía. Esto solo es posible mientras haya un mecanismo que restrinja el flujo”, expresó Muzalas.

De la misma manera, el alcalde de Atenas, Yorgos Kaminis, recordó el año 2015, cuando miles de refugiados se encontraban en las calles de Atenas.

“Ahora que tenemos los apartamentos para los refugiados tenemos que preparar a los ciudadanos”, expresó Kaminis, “el problema de la xenofobia añadió viene porque los ciudadanos ven su realidad y su barrio cambiados”.

Por eso, el alcalde de la capital griega ha pedido que estos alojamientos para personas refugiadas se repartan por diferentes zonas de la ciudad y evitar, así, la “saturación” de determinados barrios.