La Comunidad de Madrid ha defendido su política de ayuda a los refugiados, con medidas como la creación de una Oficina de atención para estas personas, y ha negado que “escurra el bulto, y menos en materia de personas en situación de vulnerabilidad”, a los que se acoge “siempre”.

Así lo ha dicho el portavoz del Gobierno regional, Ángel Garrido, en rueda de prensa tras la reunión del Consejo, en la que se le ha preguntado por un grupo de refugiados sirios (unos 80 adultos y 30 menores) que acampó durante diez días en un parque entre la Mezquita y el Tanatorio de la M-30 y que fueron reubicados en Azuqueca de Henares (Guadalajara).

Garrido ha recordado que la atención a las personas refugiadas es competencia de la Secretaría General de Inmigración y Emigración, que depende del Ministerio de Empleo, y sobre este grupo en concreto ha señalado que inicialmente, a su llegada a España, fue alojado en un centro de Cruz Roja, que “abandonaron de forma voluntaria”.

“Cuando se detectó su presencia en las inmediaciones de la mezquita nos pusimos en contacto con la Secretaría General de Inmigración y con la Unidad de Emergencia Social del Ayuntamiento (el Samur Social), y se decidió por parte de Inmigración su traslado a un centro de una ONG en Azuqueca de Henares, donde había sitio disponible para todos”, ha explicado.

Por eso, ha insistido en que la Comunidad “jamás” escurre “el bulto, y menos en materia de personas en situación de vulnerabilidad”, a lo que se acoge “siempre”.

“Tenemos un dispositivo preparado para ello. Cosa distinta es que ellos, por voluntad propia, hayan querido dejarlo, pero siempre trabajamos por ayudar a estas personas”, ha reiterado.