Con la reciente ‘crisis de la chirigota’ en la memoria colectiva, el Gobierno creyó advertir un Debate sobre el Estado de la Ciudad duro, cargado de alusiones a la convivencia y a buen seguro de fuertes críticas. Pero se equivocó. La oposición hizo otra lectura de la sesión y antepuso el entendimiento entre culturas a la política. Y el Ejecutivo pareció verse sorprendido, hasta el punto de que el propio Juan Vivas agradeció el tono con el que se desarrolló la sesión.

Con los discursos ya escritos de antemano, el presidente de la Ciudad sorprendió a la sala manifestando por primera vez su disposición a que el Estatuto de Autonomía recoja la protección de la lengua árabe. «Se puede y se debe proteger la pluralidad cultural y lingüística», proclamó el presidente de la Ciudad en el último Debate sobre el Estado de la Ciudad de la legislatura. Aunque, eso sí, esa protección debe recogerse «poniendo de relieve» que el español es la única lengua oficial en Ceuta porque el idioma del Estado es «la garantía» de la cohesión social y de la igualdad, puntualizó Vivas, que declaró sentirse «el alcalde de todos».

Junto a esto, el jefe del Gobierno local apuntó a la «no discriminación» como la «condición esencial» para la convivencia, resaltó la apuesta de los ciudadanos por «vivir tranquilos y en paz» y aseguró que su objetivo es lograr que todos los ceutíes estén en unos niveles de prosperidad equiparables. El único que se desvió de este tono fue el líder del PDSC, Mustafa Mizzian, que llegó a decir que Ceuta estaba «al borde de la explosión social», algo duramente criticado por la portavoz del PP, Elena Sánchez, por ser falso. Mientras tanto, el portavoz de UDCE, Mohamed Ali, se limitó a criticar al Gobierno «por no actuar con diligencia» en la ‘crisis de la chirigota’, al tiempo que señaló que lo ocurrido y «la indignación sin parangón» causada debería invitar a la reflexión para, así, hacer de la convivencia un valor «real y efectivo».

Y si en su primera intervención hizo este anuncio para un segundo turno quiso dejar otro. El presidente dijo que el Gobierno firmará convenios por el mismo importe con las cuatro culturas de Ceuta para poner en valor el patrimonio de estas religiones. Pero Vivas no encontró aquí el aplauso de todos los partidos. La más dura fue la portavoz socialista, Antonia Palomo, quien consideró «deplorable» esta decisión. «No es justicia social dar el mismo dinero» a los cuatro culturas porque «no es lo mismo 500 hindúes que 35.000 musulmanes» y porque «hay etnias que necesitan más que una reforma en su patrimonio». En este sentido,y para desmantelar que la declaración fuera un anuncio, Ali preguntó al Gobierno – sin obtener respuesta – si estos acuerdos se corresponden con los 100.000 euros reservados para este fin en los Presupuestos para cada comunidad.

Pulso en el Estatuto

El Estatuto no sólo estuvo presente en el debate cuando se habló del árabe. Tanto Vivas como la portavoz del PP recalcaron su apuesta por que Ceuta se convierta en Comunidad Autónoma en aplicación de la Disposición Transitoria Quinta. Además, Vivas apostó por «aprovechar lo mucho de bueno» que tiene el vigente marco estatutaria, «sobre todo» en la referente a la estructura orgánica, si bien defendió poner fin a la dualidad de que el jefe del Gobierno sea también quien presida la Asamblea.

El debate sirvió también para que Ali avisara a Vivas de que no volverá a la Comisión de Presidencia, en la que se trabaja en la reforma del Estatuto, mientras la presidencia de ésta siga en manos de José Luis Morales. El portavoz de UDCE resaltó el trabajo que ha hecho su partido por la reforma estatutaria y reveló que Vivas le pidió que presentara un borrador de Estatuto, que convenciera a la oposición de la necesidad de reunirse con la Plataforma y que éste le ofreció llegar a un acuerdo sobre el árabe. Y después de esto «no podemos tolerar que nos digan que estamos dinamitando el Estatuto», apuntó refiriéndose a las declaraciones de Morales que le llevaron a abandonar la comisión y pidiendo al presidente que no se tomara esto como «un pulso». Antes Vivas dijo que la reforma estatutaria debía ser «respaldada por todos», pero «sin imposiciones ni vetos».