Un brutal tiroteo entre clanes gitanos por la custodia de una menor acaba con 4 muertos

El sangriento suceso se saldó con tres heridos de gravedad y seis detenidos de ambas familias

La Razón, 31-03-2006

Valencia – La custodia de una menor desencadenó la tragedia, la penúltima
que asola la Comunitat Valenciana. Ocurrió en Alzira, una ciudad situada a
unos 40 kilómetros de Valencia. La discusión entre dos familias españolas
y de etnia gitana, que costó la vida al menos cuatro personas y en el que
otras tres resultaron heridas de gravedad, desató la alarma y conmocionó
al vecindario del barrio de L’Alquerieta en torno a las seis y cuarto de
la tarde. Seis de los implicados fueron detenidos en la misma tarde de
ayer; de entre los detenidos había personas de ambos clanes.
   Entre cinco y seis hombres de la comarca de La Ribera y de diferentes
familias del clan de los Mantequilla la emprendieron a tiros con otra
familia gitana, la de los Kunfú, en su propia casa. Éstos repelieron el
ataque con cuanto encontraron a mano (pistolas y armas blancas incluidas).
¿Razones? Al parecer, la reyerta se originó por las diferencias en torno a
la custodia de una niña de la parte de la familia asaltada. Entre una
decena y una quincena de personas estuvieron implicadas en el suceso.
   El padre de la casa, su hijo y su hermano murieron en el acto, la mujer
también presente resultó herida muy grave. Un cuarto hombre que ingresó
en estado muy grave en el Hospital de la Ribera en Alzira, falleció pasada
media hora. Los otros dos heridos también ingresaron en estado grave en el
centro hospitalario. Todos los fallecidos, excepto el hijo, tenían edades
comprendidas entre los 30 y los 45 años de edad y eran de la misma familia.
   Los hechos, propios de un guión de película, acontecieron de la siguiente
forma: un grupo jóvenes de la comarca valenciana de La Ribera llegó con su
coche a este humilde barrio de Alzira pasadas las seis de la tarde. Los
jóvenes aparcaron el vehículo y bajaron del mismo pistola en mano y a cara
descubierta. Inmediatamente irrumpieron en la casa, la cruda pelea comenzó
y se oyeron los primeros disparos.
   La Policía Local hizo aparición
rápidamente en la zona y consiguió detener a tres de los supuestos
homicidas que participaron en el tiroteo, que se produjo en la calle
Alonso de Ojeda. Otras tres personas fueron detenidas un poco más tarde.
Los agentes acordonaron la zona e intervinieron tanto las armas como el
vehículo utilizado por los atacantes por si podían proporcionar más
pruebas. Al cierre de esta edición, eran cuatro los fallecidos y dos los
heridos graves sin contar a la mujer en estado muy grave. Los tres
primeros muertos fenecieron en el lugar de los hechos; el cuarto, I. M.
M., lo hizo en el hospital. Había ingresado con un disparo en la cabeza y
una parada cardiorespiratoria. Los servicios médicos no pudieron
reanimarlo.
   En el mismo centro hospitalario permanecían ingresadas
tres personas, una mujer, J. M. M., con dos heridas por arma de fuego en
la cabeza y en el tórax y diversas heridas de arma blanca. A las nueve de
la noche se debatía entre la vida y la muerte; los médicos dudaban si
intervenirla o no. Otro de los heridos, L. H. H., presentaba una contusión
facial muy grave; permaneció en la Unidad de Ciudados Intensivos (UCI)
junto a otro de los heridos; ambos estaban custodiados por agentes de la
Policía. Otras tres personas fueron atendidas en el hospital con lesiones
menos graves producidas por cortes y contusiones. Recibida el alta, la
Policía se los llevó detenidos.
   A última hora de la noche
no se descartaban más detenciones. Los vecinos de la zona aseguraron que
la crudeza de los hechos fue brutal, por ello los cuerpos de seguridad
aspiraban a que los hechos finalizaran tal y como quedaron ayer tarde y no
desencadenaran en otros hechos violentos o alguna otra muerte. Para ello,
se empeñaron a fondo en la vigilancia del barrio y la ciudad.

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