- Una venganza, convertida en tiroteo, acabó ayer con la vida de cuatro personas y causó seis heridos, dos de ellos graves, todos de una misma familia gitana, en la localidad de Alzira, Valencia. El suceso se inició sobre las 18 horas, en el degradado barrio de l´Alquerieta, protagonizado por entre 10 y 15 jóvenes, también gitanos, armados con escopetas, pistolas, revólveres, armas blancas y palos, según la policía. Los agresores aparcaron su coches en la calle Alonso de Ojeda, ante la puerta de la familia perseguida, e iniciaron un tiroteo que acabó en un baño de sangre. Todo comenzó por la disputa por la custodia de una menor, tras la separación de su padres. La escena, según los testigos, se desarrolló en cuestión de minutos. La policía ha detenido ya por estos hechos a seis personas.
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Tres miembros de la familia atacada, el padre, un tío y un hijo, fallecieron en el acto. Tenían múltiples impactos de bala. Otro de los hijos murió poco después en el hospital de Alzira. Le habían disparado a la cabeza y al abdomen. Otras seis personas resultaron heridas; dos de ellas graves: la madre y un amigo de la familia. Los servicios de urgencias tuvieron que atender en el lugar de los hechos a varios amigos de la familia por crisis emocionales y desmayos.
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Los investigadores detuvieron inicialmente a tres hombres, presuntamente autores de las agresiones, que también fueron atendidos por lesiones menores. Ellos fueron el hilo que condujo hasta los otres tres detenidos. “No fue un asunto de drogas, sino una disputa familiar”, confirmaron fuentes próximas al caso. Según versiones no oficiales, días atrás los agresores habían violentado a una de las hijas de la familia que fue ayer diezmada. Esta familia había advertido que iba a denunciar el caso a la policía y que iban a vengar el daño ocasionado a la menor. Otras fuentes del barrio, que conocen bien a las víctimas, apuntaban también otras posibilidades, algunas de ellas relacionadas con actividades delictivas. Lo cierto es que el suceso indignó a los habitantes de una zona de Alzira que lleva años reivindicando mayor seguridad dado que las reyertas entre bandas rivales relacionadas con la actividad de drogas es constante.
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