El primer Gobierno del presidente centrista Emmanuel Macron, dirigido por el conservador Edouard Philippe, obtuvo la confianza de la Asamblea Nacional francesa con solo 67 votos en contra, la oposición más baja en los casi 60 años de la Quinta República. De los 566 diputados que participaron en la votación, 370 lo hicieron a favor y 129 se abstuvieron, un récord histórico. El resultado refleja la división en la bancada del centroderecha, donde tres cuartas partes se decantaron por la abstención, mientras que una docena de los autodenominados «constructivos» se sumaron a la abrumadora mayoría gubernamental cristalizada en torno al movimiento La República En Marcha (LREM), con el apoyo del MoDem centrista y tres socialistas. Los 370 sufragios cosechados por Philippe superan los registros de los socialistas Valls (306) y Cazeneuve (305) y los conservadores Fillon (326) y Villepin (363) mientras se acercan a los 374 reunidos para el centroderecha por Raffarin en 2002. Aunque quedan lejos del récord de 464 logrado por Juppé en 1996, el actual alcalde conservador de Burdeos tuvo más votos negativos (100) que los 67 recibidos por el equipo macronista, principalmente desde los escaños comunistas, ultras y de la izquierda radical. En su discurso de investidura, Philippe se comprometió a reducir la presión fiscal en un punto del PIB y el gasto público en tres puntos al término de los cinco años de la legislatura. También confirmó el propósito de que el déficit cumpla este año el objetivo del 3% del PIB a pesar del agujero heredado del anterior Ejecutivo socialista, cifrado en 8.000 millones por una auditoría del Tribunal de Cuentas. Tras recordar que en Francia no se ha votado ningún presupuesto equilibrado desde 1974, incidió en el nivel «insoportable» de la deuda pública, superior a los 2,1 billones, lo que representa «70.000 euros por cada activo». Pero insistió en que no aumentarán los impuestos porque «los contribuyentes no serán la variable de ajuste». El primer ministro anunció que el precio de la cajetilla de cigarrillos subirá paulatinamente hasta los 10 euros, que ocho vacunas serán obligatorias para los niños y que el Estado se hará cargo de los gastos odontológicos, ópticos y auditivos. Además reafirmó los objetivos de conseguir una Seguridad Social en equilibrio en el horizonte de 2020, de acometer una subida del gasto público en defensa y seguridad al 2% del PIB y de implantar la banda ancha en todos los rincones del país en el horizonte del 2022. El nuevo primer ministro dedicó un capítulo a la inmigración, un asunto polémico en Francia, Consideró que su país no está actuando correctamente en la crisis de los refugiados. «Dada la situación, Francia se ha mostrado incapaz de cumplir con sus obligaciones jurídicas y morales», admitió al tiempo que anunciaba que presentará nuevas medidas la próxima semana. Philippe explicó que los solicitantes de asilo se ven obligados a esperar mucho tiempo y a veces en «condiciones vergonzosas» a que se resuelvan sus solicitudes, mientras que los rechazados son expulsados del país en muy raras ocasiones.