Cuatro muertos y dos heridos graves en un tiroteo entre dos familias en Valencia

La Policía cree que una discusión entre clanes por la custodia de una menor pudo desatar la tragedia

El Correo, 31-03-2006

Uno de los sanitarios que entró en la vivienda de las víctimas, en el conflictivo barrio de l’Alquerieta, describió la escena como la más sangrienta que había visto en su vida. Cuerpos destrozados por los disparos, paredes y muebles salpicados de sangre, armas blancas y objetos esparcidos por el suelo… Según fuentes policiales, una discusión entre dos familias de etnia gitana por la custodia de una menor desencadenó el tiroteo. En la casa se encontraban entre 10 y 15 personas cuando uno de los grupos abrió fuego. Gritos, disparos a bocajarro, cuchilladas, sangre… Tres de las víctimas murieron en la casa como consecuencia de los disparos, mientras que una cuarta persona falleció minutos después de ingresar en el hospital de la Ribera.

La tranquilidad que hasta entonces se vivía en el barrio se había visto perturbada con la llegada a la calle Alonso Ojeda de un coche y una furgoneta. Faltaban pocos minutos para las seis de la tarde cuando bajaron de los vehículos entre cinco y siete personas armadas hasta los dientes. Los individuos comenzaron a preparar, con total frialdad y a la vista de testigos, la munición de sus armas para llevar a cabo el crimen que se proponían.

Una vez en el interior de la vivienda y prácticamente sin mediar palabra comenzaron a disparar en medio del terror de los presentes. Los cuatro fallecidos son el padre de familia, su hermano y dos de los hijos del primero. La madre y esposa de tres de las víctimas mortales, J. M. M., ingresó en estado muy grave en el mismo hospital. La mujer sufrió heridas de bala y arma blanca en la cabeza y el tórax. Una sexta persona, L. H. H., también permanecía ayer hospitalizada tras recibir un fuerte golpe en la cara y un navajazo en la pierna. Además, tres personas presuntamente relacionadas con los hechos fueron atendidas por traumatismos diversos, cortes y contusiones y posteriormente trasladadas a comisaría para ser interrogadas.

Registro de la casa

Algunas personas que se encontraban en la zona, y que prefirieron guardar el anonimato por temor a posibles represalias, comentaron que habían tenido conocimiento de las malas relaciones que existían entre las dos familias, y que desembocaron ayer en este trágico desenlace. Tras la reyerta, la calle se llenó de agentes de la Policía Nacional, que recorrieron el barrio e interrogaron a los vecinos para determinar las circunstancias de lo ocurrido. El registro del piso donde ocurrió la tragedia despejó las dudas que quedaban entre los diferentes cuerpos de seguridad respecto a las causas de este brutal episodio. La entrada y salida a la vivienda de los efectivos policiales fue la nota común durante toda la tarde y parte de la noche.

El retén judicial llegó unos minutos después de las ocho y comenzó la inspección visual de la zona para proceder al levantamiento de los tres cadáveres que horas después de la reyerta llenaban de indignación al consternado vecindario.

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