Un mundo sin paz

La Vanguardia, Sergi Quitian, 20-06-2017

Cuando nos hablan de guerras es fácil pensar en un problema lejano o del pasado, pero la cruda realidad es que hoy en día hay millones de personas que sufren conflictos armados en todo el mundo.

Violentos enfrentamientos por motivos sociales, de poder o religión que no sólo afectan a los combatientes sino a toda la población, provocando miles de muertes, el desplazamiento de refugiados y graves crisis sanitarias y alimentarias.

El conflicto empezó en el año 2011, cuando las manifestaciones populares de la Primavera Árabe se trasladaron a Siria para derrocar al presidente Bashar el Asad. Desde entonces, los grupos opositores rebeldes y las fuerzas del Gobierno han mantenido duros enfrentamientos bélicos que han arrasado el país. A esta guerra se añade la presencia del Estado Islámico, que controla una parte de Siria.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) considera que Siria es el país más peligroso del mundo y la esperanza de vida de la población se ha reducido 20 años. La mitad de la población ha tenido que huir del país.

El Yemen se encuentra en guerra civil desde 2015 , aunque el conflicto entre las dos ramas del islam en el país –una minoría chií y una mayoría suní en el poder– se remonta a décadas atrás.

La violencia, la pobreza y la hambruna hacen que el 80% de la población (cerca de 20 millones de personas) necesiten ayuda humanitaria urgente para sobrevivir. La guerra civil del Yemen ha provocado más de 2,5 millones de desplazados internos y 180.000 refugiados en países vecinos.

El país más joven del mundo vive un grave conflicto armado desde finales de 2013, menos de un año y medio después de su independencia de Sudán.

Más allá de ser una lucha por el poder, el conflicto también se explica por las diferencias étnicas entre dinka y nuer, además de otros factores culturales y estratégicos.

Las Naciones Unidas han declarado el estado de hambruna en un país del que han huido más de 1,8 millones de sursudaneses, además de 2,1 millones de desplazados internos. La de Sudán del Sur es la crisis de refugiados que más aumenta actualmente en el mundo.

La zona este de Ucrania sufre el mayor conflicto actual entre Occidente y Rusia. En 2014 se produjeron importantes manifestaciones pro – europeas en la capital, Kiev, que provocaron la reacción de las milicias separatistas pro – rusas. Desde entonces, dos de las regiones más al este de Ucrania, Donetsk y Luhansk, viven enfrentamientos constantes.

Actualmente hay declarado un alto al fuego, es decir, la suspensión momentánea de ataques militares, pero las milicias no cumplen lo acordado y los enfrentamientos siguen en la frontera entre la zona pro – rusa y el territorio ucraniano pro – europeo. Esto ha provocado más de 1,5 millones de desplazados internos.

La guerra de la República Centroafricana empezó en 2012, pero en realidad se considera una prolongación de la guerra civil de 2004. Se enfrentan el Ejército y las fuerzas del Gobierno contra milicias rebeldes. El conflicto ya lleva años acechando a los centroafricanos y ha generado más de 215.000 refugiados.

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