El Gobierno completó ayer la repatriación de los primeros 170 subsaharianos a Mauritania, cifra acordada con las autoridades africanas dentro del plan urgente puesto en marcha el pasado 15 de marzo. Tras los contingentes del domingo y del lunes, de 50 y 60 personas respectivamente, España fletó un tercer vuelo con otros 60 inmigrantes a bordo de Fuerteventura a Nuadibú.

Estos 170 subsaharianos, en su mayoría originarios de Malí y Senegal, llegaron a las costas canarias, junto con otros 3.500, en varias oleadas de más de un centenar de pateras.

Para alojar a estos repatriados, el Ejército español desplazó a Nuadibú a 35 ingenieros militares expertos en construcción de campamentos que han puesto en marcha un centro de acogida temporal. Los soldados aprovecharon el edificio de una antigua escuela.

La Asociación Mauritana de Derechos del Hombre (AMDH) ha criticado las condiciones de detención en las que actualmente se encuentran estos inmigrantes y ha mostrado su rechazo a la construcción de este centro. «Las condiciones de reclusión de estos individuos son harto deplorables, sufriendo la falta de alimentos y de una adecuada asistencia médica», señala un comunicado hecho público por la AMDH.

Es por esto que esta organización exhorta a las autoridades a «acordar a estas personas un tratamiento humano apropiado, asegurándoles un tratamiento digno antes de su inminente repatriación». De otra parte, concluyen, «la solución a este problema no pasa, ni mucho menos, por la edificación de un centro de acogida».