ESPECIAL INMIGRACIÓN UE

Barcos de guerra contra botes de goma

La Vanguardia, EFE, 15-06-2017

Sofisticados barcos de guerra, aviones, helicópteros de la UE rastrean el Mediterráneo central para combatir unas mafias que trasiegan migrantes en pequeños botes de goma y los abandonan a su suerte nada más cruzar las aguas territoriales libias, en las que los europeos no pueden entrar.

La operación Tritón de vigilancia fronteriza de las aguas europeas y la operación Sofía de búsqueda y captura de traficantes en aguas internacionales han tenido más éxito en una tarea que no es parte esencial de su mandato: rescatar personas.

Para mediados de marzo pasado, los equipos de Sofía habían entregado a 104 presuntos traficantes a las autoridades italianas y destruido 405 de sus embarcaciones.

En ese primer año y medio de mandato, participaron en el rescate de casi 33.300 personas en el mar, principalmente en el triángulo que forman la isla italiana de Lampedusa y los puertos libios de Misrata y Sabratha.

Frontex, la agencia guardafronteras de la UE a cargo de la operación Tritón y de Poseidón en el Egeo, ayudó en 2016 en el rescate de 90.000 personas, casi 49.000 en el Mediterráneo central y el resto en el oriental.

“El control fronterizo no es la solución”, admitió recientemente una portavoz de Frontex en un encuentro con periodistas españoles en el puerto italiano de Catania.

“No puedes contener los flujos (migratorios) si no atiendes a la raíz del problema”, agregó.

Frontex abrió recientemente una oficina en Niamey para reforzar su cooperación con las autoridades de Niger, país de recepción de los emigrantes del África occidental antes de su entrada en Libia.

La agencia guardafronteras reforzó sus medios en 2016, creando una fuerza de despliegue rápido de 1.500 agentes, mientras Sofía amplió su mandato en octubre con dos nuevas funciones: aplicar el embargo de armas a Libia y entrenar a su Guardia Costera.

Sofía, que tiene como buque insignia el portaaviones ligero italiano Garibaldi, ha tenido sus críticos, por las fallas en su misión al faltarle acceso a las aguas libias o por el equipamiento excesivamente sofisticado que emplea, como aviones diseñados para cazar submarinos nucleares en el Atlántico norte buscando pequeños botes de goma cerca de Libia.

También ha llevado a los traficantes a modificar su modelo de negocio, sustituyendo las embarcaciones de madera o fibra de vidrio en las que transportaban a los migrantes más caras, también algo más seguras por botes de goma, como expuso el teniente general Wolfgang Wosolsove en una audiencia en la Cámara de los Lores británica, en marzo de 2016.

Expertos en migración consultados por la agencia suiza SDA calificaron Sofía como “una exhibición política, más que una respuesta genuina”.

Operación de propaganda, un fracaso, así la denominó el almirante de la Armada libia, Ayub Qasem, en declaraciones a EFE.

Las mismas críticas que reciben las misiones europeas las trasladó Frontex a las oenegés que, en un esfuerzo nunca visto, se han lanzado a operaciones de búsqueda y rescate de los migrantes, cuyos barcos algún político italiano ha calificado de “taxis del Mediterráneo”.

“Nunca ha habido tantos barcos patrullando el Mediterráneo como en 2016, y desafortunadamente nunca ha habido tantas muertes”, dijo el jefe de Frontex, Fabrice Leggeri, en entrevista con la agencia francesa AFP.

Para Leggeri, el mensaje a los desesperados que huyen de sus países es “o mueres en el Mediterráneo, o llegas a Europa en condiciones extremadamente deplorables. No es El Dorado que describen los traficantes”.

“Y encima, la UE está reforzando su política de deportaciones, luego el riesgo es que los migrantes pierdan sus ahorros para pagar a los traficantes y que, al final de su viaje, haya un avión que los devuelva a su país de origen”, remató.

Efectivamente, la UE está negociando esos acuerdos con Mali, Senegal, Etiopía, Níger y Nigeria, países de origen o tránsito de los migrantes, que a su juicio son fundamentalmente económicos.

El suscrito con Turquía en marzo de 2016 6.000 millones de euros de asistencia, devolución de migrantes que salgan de su territorio cerró enseguida la ruta balcánica.

Del millón de inmigrantes que entraron a Europa en 2015, la mayoría huidos de la guerra siria y por la ruta de los Balcanes, se pasó a unos 352.000 en 2016, la mitad por Italia y la otra por Grecia, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Con la presión migratoria desplazada a la ruta que lleva a Italia desde Libia, el ritmo de llegadas este año “supera lo nunca visto”, dijo la OIM, que preveía que las rutas migratorias se llenarían en primavera, “pero lo hicieron mucho antes”.

Este año, casi 71.500 inmigrantes habían alcanzado Europa para el 4 de junio, el 85 % arribados a puertos italianos.

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