- La organización se dedicaba a cuantas modalidades delictivas uno pueda imaginar. El listado de acusaciones es largo: detención ilegal y secuestro, tenencia y depósito de armas, tráfico de drogas, asociación ilícita y usurpación de función pública. Esta última imputación se formula como consecuencia de que en muchas ocasiones simulaban ser policías cuando cometían los delitos. Entre los 12 detenidos ayer, de cinco nacionalidades distintas, se encuentra un agente de los Mossos d´Esquadra que presuntamente suministraba a la banda distintivos policiales y sirenas para colocar sobre los coches, conocidas también como indicativos luminosos prioritarios. Parece que esa era su principal implicación. Se trata del agente J. P. C., de 46 años, detenido ayer en Torredembarra
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La investigación está relacionada con un secuestro ocurrido en Vic en enero del 2005 y con la localización de un depósito de armas en la localidad de Agullana hace algo más de un año. De hecho, las pesquisas están siendo dirigidas por el juzgado de instrucción número 1 de la capital de Osona. Tras el secuestro de Vic – por el que se detuvo a dos ciudadanos franceses – y la aparición de datos que hacían que pudiera relacionarse este asunto con el descubrimiento de las armas, los Mossos ampliaron una vasta investigación que había arrancado en el 2003.
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La macrorredada policial puesta ayer en marcha se desarrolló en las localidades de Reus, Cambrils, Mont – roig del Camp, l´Escala, Tarragona, Vila – seca, Torredembarra y Zaragoza. Los Mossos d´Esquadra llevaron a cabo ayer 11 entradas y registros en otros tantos inmuebles.
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Los agentes intervinieron un revólver, un arma larga de repetición con los cañones recortados, teléfonos móviles, documentación, vehículos, artículos policiales, droga y dinero en efectivo. Además, los agentes responsables de la investigación se incautaron de un vehículo que disponía de una caja disimulada para el transporte de armas o sustancias estupefacientes.
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A pesar del secreto impuesto por el juzgado, se sabe que el grupo mafioso, compuesto por españoles, franceses, belgas, holandeses y rumanos, no sólo ha operado en Catalunya, sino en todo el litoral mediterráneo, incluido el sur de Francia.
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El descubrimiento en noviembre del 2004 de un depósito de armas de guerra en la localidad ampurdanesa de Agullana aportó datos muy importantes a la operación que ahora cobran todo su sentido. Un agricultor encontró entonces un Audi abandonado y junto al coche un cargamento de armas, entre ellas dos fusiles de precisión Springfield, además de numerosa munición. Pronto se supo que el coche, con matrícula alemana, había sido robado en Andalucía y que las placas que portaba eran de otro coche. Los agentes pudieron aislar varios juegos de huellas dactilares. Ese mismo año, la policía detuvo a varias personas relacionadas con un club de alterne en el que encontró a dos menores rumanas obligadas a prostituirse.
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