Ni buen juego ni goles en Lyon

La Vanguardia, 30-03-2006

Por la parte alta del cuadro, la que va a enfrentar al ganador del Benfica y el Barça con el que se imponga en la eliminatoria entre el Lyon y el Milan, habrá hambre de gol. Los dos equipos más goleadores hasta esta fase se han quedado en blanco. Y han sido los encuentros de las ocasiones fallidas, incontables las de Lisboa, justitas las de Lyon, en un partido que defraudó, sobre todo por parte del Milan, que partía como favorito.
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Si San Siro podía ser ayer un barrio bonaerense, el estadio lionés de Gerland se convirtió en una pequeña comunidad de naciones del fútbol. Mientras llamaban a luchar contra el racismo y daban la bienvenida a los tifosi italianos, los micrófonos de un estadio en ebullición subrayaban que, entre los dos clubs contendientes, tienen jugadores de los cinco continentes y de 27 naciones distintas. Pero, aún en medio de ese mestizaje, hay minorías que se imponen. El Lyon ha apostado ya hace tiempo por los brasileños, desde el pistolero Anderson hasta Edmilson y la actual generación de los Cris, Caçapa y Juninho Pernambucano, la gran estrella ayer ausente por una estúpida y severa sanción. Y también los italianos tienen el gusto – presumen de gusto – por el juego exquisito de Kaká, el joven príncipe del balón, tan elegante cuando galopa como si tiene que frenar en seco. Y luego están los africanos del OL, ese Malouda de inteligente zurda, el combativo Diarra, el Abidal que ya ha mandado a Reveillère al banquillo.
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Había mucho y bueno sobre el campo, y había mucha emoción en una grada más latina que centroeuropea, que lo mismo se arranca con la música del Y viva España,aunque donde dice España ponen el Olympique Lyonnais, que se mete con los italianos al modo más tradicional: Van fan culo.
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Pero fútbol, lo que se dice fútbol, poco se vio. Al Milan lo impregnó más la personalidad rupestre de su matusalén Costacurta, a punto de cumplir los 40, que el de Pirlo y Kaká, sus dos hombres de más criterio. Y cuando su striker Shevchenko logró escaparse de los dos centrales brasileños del Lyon y metió un trallazo por bajo, casi al final del primer tiempo, Coupet, otro de los grandes ídolos de Gerland, respondió con el paradón de la noche.
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Lo que tiene el Milan ya es conocido: firmeza atrás, un Genaro Gattuso que es una gozada verlo correr detrás de todos los balones, Pirlo que sigue jugando como cuando el Barça lo hacía con un cuatro a lo Guardiola, y un Seedorf un poco chupón pero al que no parece afectarle el paso de los años. Delante, la amenaza del ucraniano Sheva y se supone que de Gilardino, anoche prácticamente missing hasta ser sustituido por Inzaghi. Pero en la media punta pueden presumir de contar con Kaká, pura magia en cuanto el balón le llega a los pies.
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El Lyon es otro cuando tiene el equipo al completo. Es decir, cuando Gérard Houllier puede contar con su Kaká, es decir, Juninho Pernanbucano. Pero en su escuela no caben los jugadores sin técnica. Ayer le sustituyó Pedretti, una eterna promesa que no acaba de cuajar por su frialdad, lo mismo que el portugués Tiago. Delante, Carew se faja con lo que le echen mientras Wiltord, veterano ex del Arsenal, se mantiene siempre al acecho para irrumpir desde atrás. Cuando entró otro brasileño, Fred, el Lyon pasó a jugar con tres puntas: Wiltord en la derecha, Fred como ariete más movedizo que Carew, y Malouda se posicionó ya casi como extremo izquierdo. Apuesta valiente la de Houllier, que la víspera firmaba el 0 – 0 pero, como les sucede a casi todos los equipos que van de víctimas, a medida que avanzaba el partido descubrió que el Milan no era tan fiero como lo pintábamos.
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