Los sondeos dan una pírrica victoria a May
El Partido Conservador perdería la mayoría absoluta y puede quedar en manos de liberales y partidos minoritarios para gobernar
Diario Sur, , 09-06-2017El Partido Conservador habría ganado las elecciones británicas con menos diputados que los que tenía antes de convocarlas y, aún peor, perdiendo la mayoría absoluta fijada en 326 escaños. Según el sondeo emitido anoche de ayer por las televisiones BBC y Sky y realizado a la salida de los colegios electorales, los seguidores de Theresa May obtendrían 314 diputados (antes 331), los laboristas de Jeremy Corbyn, 266 (232), el Partido Nacional Escocés, 34 (56), los Liberal Demócratas, 14 (ocho), los Verdes, uno; y otros partidos, 18.
Los resultados significarían un enorme contratiempo para May, que convocó los comicios para ganar margen de maniobra y que sin embargo habrían arrojado un Parlamento abierto a un gobierno conservador con apoyo de los unionistas norirlandeses o a una alianza de la oposición, en lo que se ha llamado en este campaña la ‘alianza progresista’. El sondeo publicado simultáneamente por las cadenas de televisión BBC y Sky ha acertado el ganador de las últimas cuatro elecciones generales, aunque con algunos errores en la distribución de escaños en las elecciones de 2015.
La principal tarea del nuevo Gobierno será dirigir la política económica del país, un tema que no ha tenido protagonismo en la campaña. Aunque, según la OCDE, la de Reino Unido será en 2018 la segunda economía con menos crecimiento (1%) entre los siete países más ricos del planeta, solo por encima de la italiana. Ese pesimismo asume una marcha abrupta de la UE.
Pero no es especulativo que la renta disponible de los británicos ha descendido en el último año un 0,2%, por el mayor aumento de los precios con respecto a los salarios. En el último trimestre con datos publicados, de enero a marzo, las importaciones de bienes y servicios sumaron 12.100 millones de euros más que las exportaciones. La caída de la libra encarece la vida en un país con déficit comercial.
La economía británica es la quinta del mundo por PIB pero la crisis financiera ha dejado una deuda neta de 2 billones de euros. La deuda y lenta reducción del déficit presupuestario ofrecen un marco fiscal delicado, que limita el grado de desafío político que pueden aceptar los mercados de capitales, que mantienen una notable sangre fría sobre el futuro británico.
Los años de austeridad se reflejan en la saturación del servicio público de salud. La diferencias de niveles locales de rentas se manifiesta de manera aguda en la educación estatal, con resultados pobres según las medidas internacionales y un ambiente de desmoralización entre maestros cargados de trabajo para clasificar a los alumnos según objetivos fijados por el Gobierno. Con ese marco económico, compartido con otros países desarrollados desde 2008, el nuevo Gobierno partirá a Bruselas en once días para iniciar la negociación del &lsquobrexit&rsquo. Fijará los términos de una transformación que puede ser tan profunda como el malestar que llevó a una mayoría de británicos a votar por la marcha de la UE.
El Gobierno tendrá que negociar trazos del tipo de país que Reino Unido quiere ser. La inmigración se ha convertido en el principal asunto de la política británica, el que polariza a la sociedad entre los &lsquode – cualquier – lugar&rsquo y los &lsquode – algún – lugar&rsquo, según la definición de David Goodhart, autor de un libro crítico con el multiculturalismo liberal (&lsquoThe Road to Somewhere&rsquo).
El 60% de los británicos vive en un radio de 30 kilómetros en torno lugar en el que vivían cuando tenían 14 años. Los otros, en su mayoría con formación universitaria, sienten menos temor a cambios tecnológicos y son más propensos a vivir en áreas urbanas con variedad étnica. Trabajan en la sanidad pública, por ejemplo. Es la mayor empresa del país, con el 18,5% de sus 1.177.814 empleados procedentes de 205 países. Un 7% de la plantilla se niega a responder sobre su nacionalidad.
«Islamismo perverso»
Ese fenómeno de integración se agrieta en áreas que han vivido rápidos cambios demográficos. Pero los dilemas sobre el libre movimiento de personas en la UE han sido marginados en los últimos días por otro asunto conectado y más grave, la amenaza terrorista doméstica de lo que Theresa May ha calificado como islamismo perverso. La búsqueda de mejoras en la seguridad continuará.
«Es un error afirmar que los seguidores del Ejército Islámico practican un islamismo perverso», ha escrito, en &lsquoThe Spectator&rsquo, Tom Holland, autor de libros muy populares sobre la Antigüedad. Para Holland, no es una perversión sino la regresión a un supremacismo musulmán que está en el Corán y en los escritos de Mahoma y que requiere una disputa cultural sobre el islam en el mundo y en barrios británicos.
Un sistema electoral que beneficia a los partidos grandes ha dado gobiernos estables e impide el ascenso de pequeños grupos. El Partido Conservador ha integrado a los votantes del UKIP, protagonistas de la marcha hacia el referéndum del &lsquobrexit, aunque adoptando algunas de sus creencias centrales. El Partido Laborista se ha desplazado también hacia la izquierda.
La conclusión de que el sistema político se ha polarizado no es nítida. Hay aún crispaciones sobre la cuestión europea y sus ramificaciones, pero también se ha producido un desplazamiento del discurso público hacia la política social y el papel que puede desempeñar el Estado en la economía, que contrasta con el acento en la eliminación de regulaciones, en favor de lo privado, en las últimas décadas.
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