El Gobierno prepara un Plan de Inclusión para revertir la bolsa de pobreza de 55.000 personas heredada en 2015 de las políticas de UPN y PP

Laparra presenta el diagnóstico del punto de partida que se agravó además entre 2014 y 2015 al subir 1,7 puntos la pobreza “severa”Las nuevas medidas irán destinadas a traducir el repunte económico en menor exclusión

Diario de Noticias, Txus Iribarren Patxi Cascante, 03-06-2017

Pamplona – El Departamento de Derechos Sociales ha elaborado ya el diagnóstico base para diseñar el nuevo Plan de Inclusión Social. Cuantitativamente su principal conclusión es que Navarra contaba al principio de la legislatura con una bolsa de “pobreza severa” de entre 40.000 y 55.000 personas, según la metodología que se emplee para medirla. Además, es un sector social que creció 1,7 puntos (10.000 personas) en 2015 pese al repunte económico, hasta llegar a supone el 8,8% de la población, un porcentaje “altamente preocupante para el bienestar social y al cohesión social”, según Laparra. El desempleo de larga duración, el aumento de los hogares sin ingresos y el elevado coste de la vivienda son variables claves para entender esta realidad derivada de la crisis económica, pero también de la gestión política de la misma, ya que mientras desde el Estado el PP agravaba la desprotección social por la caída de sus prestaciones (un 55% de las personas sin trabajo habían agotado la coberturas estatales), la intervención en Navarra del gobierno de UPN (vía RIS y con otras medidas) no era suficiente para detener esta tendencia con los mecanismos de protección habituales lo que obligó, dijo Laparra, a un sobreesfuerzo económico (15 millones de euros en Renta de Inclusión en 2015 y 2 millones en ayudas de emergencia social) y planificador (nuevos paquetes de intervenciones, evolución hacia la Renta Garantizada….) en el arranque de la legislatura. En los últimos ejercicios han detectado un inicio de la reversión – que sí se adelantó en el sector de personas en “riesgo de pobreza” al pasar al 14,7% en 2014 al 17,1% en 2015 – acompañada también por la mejor marcha de la economía, algo que pretenden consolidar ahora con un Plan de Inclusión Social que prioriza atajar esa otra bolsa crónica de personas en peor situación. En cualquier caso, el primer paso para una planificación era, según Laparra, un diagnóstico del punto de salida desde una óptica pluridisciplinar.

los tipos de pobreza

Relativa y severa

La diferencia entre estar en “el borde” o en “el fondo” del agujero

La “pobreza severa” (personas que viven con el 30% de la mediana de ingresos) en Navarra afectaba en 2015 a una horquilla de entre 40.000 y 55.000 personas, según metodologías. Si se toma como referencia la Estadística de Renta, en 2015 la “pobreza severa” aumentó 1,7 puntos respecto a 2014, hasta el 8,8% (unas diez mil personas más, hasta llegar a las 55.000). Si se atiende al umbral autonómico de la Encuesta de Condiciones de Vida, supondrían un 6,4%, unas 40.000 personas. En cualquier caso estas cifras evidencian una bolsa de pobreza que está incrustada en el seno de la sociedad navarra que afecta a un número de personas “muy preocupante” para el bienestar y la cohesión social. Estas personas no se beneficiaron entonces del inicio de la recuperación económica que sí permitió a un bloque importante salir del peligroso escalón de la “pobreza relativa” o “riesgo de pobreza” (personas que ingresa menos del 60% de la mediana), ya que entre 2014 y 2015 pasaron de suponer un 17,1% a un 14,7%.

retrato robot de la exclusión

De qué personas hablamos

Mujer, menor o extranjero con ‘más boletos’, pero le puede tocar a cualquiera

La pobreza en Navarra tiene rostro infantil, de una persona extranjera y afecta más a las mujeres que a los hombres. La incidencia y crudeza de la pobreza infantil se evidencia en que la mayor tasa de pobreza severa en 2015 correspondía a las personas menores de 16 años (14,2%), frente a la media del 8,8% del conjunto de la población. Respecto al sexo, se aprecia una mayor probabilidad de vivir situaciones de pobreza en las mujeres . Es en las personas de más de 65 años donde mayor distancia hay en perjuicio de las mujeres (14,1% hombres frente al 21,3% de las mujeres en riesgo de pobreza). La nacionalidad es un factor muy relevante para la pobreza: mientras para las personas con nacionalidad española solo una de cada 16 padecía pobreza severa en 2015 (el 6,5%) en el caso de las extranjeras eran una de cada tres (el 31,1%). No obstante, así como en 2007 las persona autóctonas eran sólo un 27,7% de los perceptores de la renta básica, en 2015 eran ya el 41,6%. En cuanto al tema geográfico, “la pobreza dibuja un mapa profundamente heterogéneo, aunque el impacto de la crisis ha sido más intenso en la parte baja del mapa de Navarra. Según el umbral anclado en 2008, las diferencias territoriales se mantienen; así, la población con bajos ingresos en el año 2014 se concentraba sobre todo en las zonas de Tudela, Tafalla y Estella. En el área de Tudela el riesgo de pobreza se situaba en el 37,6% y la pobreza severa, en el 13,6%.

mercado laboral

Desempleo y precariedad

Parados de larga duración, mayores y el nuevo precariado

El desempleo y el incremento de los hogares sin ingresos son dos factores que conducen inexorablemente a la exclusión. “El incremento de los hogares sin ingresos, la persistencia de altas tasas de paro de larga duración y la caída de las prestaciones por desempleo, son algunas de las principales variables que explican el incremento de la pobreza severa en el año 2015 , pese a la reducción del desempleo y el crecimiento económico de ese año”, destacó Laparra. Por ello el Plan abogará por actuar sobre esos resortes sabiendo que “el crecimiento económico, por sí solo, no resuelve el problema estructural de pobreza y la desigualdad si no va acompañado de políticas redistributivas y de lucha contra la pobreza”. En relación con los perfiles del desempleo, el análisis ha confirmado que en muchos casos el nivel de empleabilidad de este tipo de personas es reducido. La edad, el género y el mercado laboral son claves. “A medida que aumenta el tiempo en desempleo, el peso de las personas desempleadas de 50 o más años aumenta de forma notable, de forma que el 52% de las personas desempleadas de larga duración tienen más de 50 años. Se trata de un aspecto clave a considerar a la hora de implementar líneas y medidas de actuación. En ese sentido, la creciente precariedad laboral contribuye al crecimiento de la desigualdad, vulnerabilidad y exclusión. Si en el año 2007 un 19,1% de los contratos de trabajo eran de una duración inferior a 7 días, en el año 2015 un 41,4% de los contratos tuvieron una duración inferior a 7 días”, se explica.

vivienda

Un derecho que era casi un lujo

El alto precio de la vivienda se llevaba gran parte de los ingresos

El aumento del precio de la VPO por encima del IPC y la bajada de la renta media de los hogares dificultó el acceso a vivienda de aquellos sectores de población a los que precisamente se dirigía esta figura. Las consecuencias fueron un encarecimiento notable de la vivienda protegida, un 76,5% entre el año 2001 y 2015 , la ampliación de los sectores de población que no pudieron acceder a esta figura y el sobre esfuerzo que debían hacer las familias inquilinas de vivienda protegida, cuyas rentas de alquiler sufrieron esa misma subida pese al empeoramiento de su situación económica. No es hasta 2016 – con el nuevo gobierno – cuando “el módulo bajó de forma significativa, siendo 2017 un punto de inflexión en el precio del arrendamiento al desligarse del módulo, y reducirse de media entre un 8% y un 14% con la aprobación de la nueva ley foral de vivienda”. “Estos datos ponen en evidencia las enormes dificultades de los colectivos vulnerables para acceder a una vivienda en propiedad, así como el importante esfuerzo extra que deben realizar para el pago, en este caso sobre todo a través del alquiler, de un gasto fundamental en las familias como es la vivienda. Resulta especialmente significativo que un 64,7% de las familias perceptoras de RIS vivan en régimen de alquiler, siendo realquiladas un 22,3%, y un 15% residan en vivienda en propiedad que sigue pagando (solo un 4,8% tiene la vivienda pagada y un 9,6% vivienda cedida). Por el contrario, del conjunto de la población, un 85% reside en vivienda de su propiedad, un 2% en vivienda cedida y un 13% en alquiler”.

El Post – it

La importancia de planificar. El diagnóstico sobre la situación de partida busca intentar acompasar las medidas políticas y presupuestarias con las necesidades sociales y evitar dos hechos que han complicado el inicio de la legislatura: que las estimaciones hablaban de sólo 30.000 personas en pobreza severa y que en 2015 cayó en 73,2 millones el gasto del Estado en coberturas de desempleo, por lo que fue Navarra quien tuvo que apoyar a estas personas con medidas de urgencias y refuerzo de la renta básica.

otros campos

salud y educación: un círculo vicioso

Análisis. El estudio de diagnóstico demuestra que se cumple el dicho de la pescadilla que se muerde la cola: las personas que están en este pozo de la exclusión severa ven cómo su salud y sus posibilidades de formación se deterioran y, al mismo tiempo, al contar con mayor nivel de fracaso escolar y problemas de salud, tienen menos opciones de reinsertarse en un mercado laboral muy competitivo. Más aún, los expertos advierten de que existe el riesgo de que estas condiciones se traspasen de una generación a otra, es decir, que la pobreza se herede de padres a hijos. Navarra presentaba en 2015 – y actualmente también – una situación comparativa muy favorable con otras zonas del Estado, pero esto no permite obviar dos temas: que del análisis de los casos de pobreza se deduce que se suelen dar ambos condicionantes y, por otro, que en ambos campos también se produjo un retroceso en los tiempos de la crisis abriéndose más la brecha entre población “normalizada” y “excluida”.

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