«Mounir ha visto que nos acercábamos, nos ha mirado y no ha intentado huir»

Los dos policías que detuvieron al presunto asesino de Rakel López y su hijo relatan cómo se produjo el arresto Los agentes, fuera de servicio, detectaron la presencia del sospechoso sentado en un banco de un parque del barrio madrileño de Tetuán

Diario Vasco, JAVIER PEÑALBA | SAN SEBASTIÁN, 31-05-2017

Llevaba veintiocho días huido. Desde el pasado 2 de mayo nada se sabía de él. Su paradero era un misterio. Ayer, sin embargo, la fuga llegó a su fin. El presunto asesino de la eibartarra Rakel López Airas, de 44 años, y de su hijo Markel, de 12 años, en Alcobendas está ya a buen recaudo. Dos agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional de Madrid que se encontraban libres de servicio detuvieron al sospechoso cuando se encontraba en un parque del barrio de Tetuán. En las próximas horas, el acusado será puesto a disposición judicial y todo parece indicar que tras su paso por los juzgados ingresará en prisión.

Era uno de los hombres más buscados. La Policía temía que pudiera haber huido a Francia, donde había trabajado, o a Marruecos de donde es natural… Pero no, seguía oculto en Madrid. El arrestado fue sorprendido entre las diez y media y once de la mañana por los dos agentes, Lorena y Alberto, que en aquel momento permanecían libres de servicio. «Mi compañero y yo estábamos haciendo deporte, concretamente ‘footing’, por el parque Rodríguez Sahagún. En un momento dado, nos hemos fijado en el sospechoso. Permanecía sentado en un banco», relató la agente en una conversación telefónica mantenida a media tarde con este periódico.

«La familia se alegra por la detención; ahora solo queda que se haga justicia»
Cuatro millones más para combatir la violencia machista
«Se le veía tranquilo»

El acusado, de 37 años, se encontraba en paradero desconocido desde el pasado día 2

Fuentes policiales afirman que en la comisaría dijo estar «arrepentido»
La funcionaria policial explicó que vieron al acusado tranquilo. «No se le observaba nervioso y tampoco parecía que estuviera adoptando ninguna medida especial de precaución. Estaba sentado tranquilamente en el parque», dijo.

La agente reconoció que fue la perspicacia policial la que les llevó a pensar que podía tratarse del autor del doble crimen. «Nosotros teníamos como referencia solo las imágenes que sobre él habían sido difundidas en la televisión y también en otros medios de comunicación a primeros de este mes, cuando tuvieron lugar los asesinatos en Alcobendas. No disponíamos de ninguna otra fotografía. Hemos tenido la suerte de que nos hemos fijado en él y que haya despertado nuestras sospechas».

La Policía detalló que tras la identificación visual dirigieron sus pasos hacia el presunto autor. «Nos veía llegar y se nos ha quedado mirando. Le hemos preguntado que cómo se llamaba y seguidamente le hemos requerido la documentación. Era él, Mounir Ayad».

La agente y su compañero explicaron que el acusado no hizo siquiera ademán de huir. «Ha estado tranquilo. No ha realizado ningún movimiento para darse a la fuga».

Los agentes señalaron que el investigado no se dirigió verbalmente a ellos. «No ha manifestado nada. No ha dicho ni palabra».

Lorena indicó que tras la identificación del sospechoso pusieron los hechos en conocimiento del 091. «Unos minutos después se ha personado en el lugar un vehículo policial del barrio de Tetuán y se lo ha llevado a la comisaría», señaló.

Los dos policías que intervinieron en el arresto, adscritos al distrito de la Latina, recibieron ayer múltiples felicitaciones por parte de sus superiores. «Ha sido la suerte la que nos ha conducido hasta él, ya que nosotros, lógicamente, no llevábamos nada de esta investigación», concluyó Lorena.

«Arrepentido»

Tras la detención del presunto asesino, corresponde ahora a los agentes del Grupo de Homicidios al frente del caso ahondar en la investigación. Algunas fuentes consultadas indicaron que tras su paso por las dependencias policiales, el acusado manifestó: «estoy muy arrepentido».

La Policía trataba ayer de establecer si durante estas cuatro semanas, el detenido había contado con la ayuda de terceras personas por si éstas pudieran haber incurrido en algún delito por su cooperación con el acusado.

Mounir Ayad, de 37 años, ya había reconocido la autoría de las muertes de Rakel y Markel mediante una llamada que realizó a una prima suya residente en Alcobendas con posterioridad a los hechos. En ella admitió que acababa de acuchillar a su pareja y también a Markel, fruto de una relación que Rakel había tenido con otra persona. Tras el aviso, otro familiar del autor se personó en el piso de la calle Dos de Mayo donde vivían y halló los cadáveres.

El investigado cuenta con antecedentes policiales por «delitos graves», según indicó la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa. Fuentes cercanas a la investigación señalan que sobre su persona recaen imputaciones por homicidio en grado de tentativa en 2003, así como por violencia e intimidación.

Desde el día de los crímenes, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado habían extremado la vigilancia en los puntos críticos con mayor tránsito de personas, como estaciones de tren, autobuses, así como puertos marítimos y aeropuertos. La Policía Nacional había cursado la orden de detención y puesta a su disposición tanto a la Ertzaintza como a los Mossos. También comunicaron los hechos en conocimiento de la Interpol.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)