“Nuestra misión sigue siendo la misma: educar a personas sanas, libres, críticas, respetuosas y responsables”
ángel Barrena brun

carcastillo – El Colegio Público Virgen de la Oliva de Carcastillo celebró ayer su 50º aniversario con diversos actos tan originales como la presentación de una canción compuesta especialmente por el profesorado, la charanga El Encierro y el grupo local Paranoia para la ocasión. Además, se proyectó un vídeo conmemorativo y se inauguró una exposición compuesta por fotografías, materiales antiguos y trofeos que podrá visitarse en horario extraescolar, de lunes a viernes, y los sábados y domingos de 11.30 horas a 13.30 horas, hasta el 5 de junio.

La cita, en el patio de la escuela, contó con diversas intervenciones de exalumnos y exprofesores como la de Azucena Sanz, que habló de su experiencia como alumna, primero, y profesora, después; Milagrosa Navascués, actual directora del IESO Valle del Aragón, que recordó su primer día en el colegio; Isabel Díaz, una de las primeras profesoras de Educación Infantil; José María Biurrun, promotor de las primeras Olimpiadas del Valle del Aragón en 1973; y la exalumna Yésica Fraile, que relató su paso por un concurso de TVE, presentado por Jesús Hermida, en 1988. Tampoco faltó el alcalde, Javier Igal, que entregó al centro una placa conmemorativa por haber conseguido “hacer un pueblo mejor” gracias a su “incansable labor formativa”, así como la inspectora del Departamento de Educación María Palma Tocón.

Actualmente, el centro cuenta con 217 alumnos y alumnas distribuidos en tres grupos de Educación Infantil, nueve de Educación Primaria y un aula de necesidades educativas especiales. En él se imparten los modelos G (castellano) y A (castellano con asignatura en euskera), a la par que se continúa implantando el programa PAI (castellano e inglés) en Infantil y 1º de Primaria. La plantilla la conforman un total de 25 trabajadores y trabajadoras, aunque no todos están contratados a jornada completa. El centro, asimismo, presume de tener unas “buenas instalaciones” con aulas “limpias y luminosas dotadas todas ellas con pizarras digitales, aula de informática, aula de música, biblioteca, polideportivo, salón de actos y comedor” enumeró su director, Ángel Barrena.

En lo concerniente a la “misión” del colegio durante sus 50 años de andadura, ésta siempre ha sido la de “formar de manera integral al alumnado; el educar personas sanas, libres, críticas, respetuosas y responsables; el obtener buenos resultados académicos y lograr la participación de las familias en el proceso educativo. También la de transmitir una serie de valores, como son el esfuerzo, sacrificio, respeto, tolerancia y el compartir. Todo ello ha contribuido a mejorar la formación y la convivencia de todas las personas de las diferentes comunidades educativas que ha habido a lo largo de los años y del pueblo Carcastillo” subrayó Barrena.

Llegados a este punto, es imprescindible repasar la historia del centro, que se remonta al año 1967, fecha en la que las clases todavía se impartían tanto en el Colegio de las Monjas de las hermanas franciscanas (donde los txikis permanecían desde los cuatro hasta los seis años) y las Escuelas Viejas (donde estudiaban hasta los 14 años). Existía también la Academia Cervantes, en la que se formaban los jóvenes que querían estudiar Bachiller (en horario extraescolar).

Fue ese mismo año, en 1967, cuando se inauguró oficialmente el Colegio Virgen de la Oliva, al que se trasladó alumnado procedente de las Escuelas Viejas y del Colegio de las Monjas (donde solo quedaron los párvulos, actual Educación Infantil). En sus inicios, éste contaba con seis aulas y un salón de actos. En la década de los 70, tras la aprobación de la Ley General de Educación, que trajo consigo la Enseñanza General Básica (obligatoria hasta los 14 años), se cerró la Academia Cervantes, empezaron las clases mixtas, aumentó el número de alumnos y profesores, se habilitaron cuatro aulas en el salón de actos y su vestíbulo, hasta que en 1975 se construyó un nuevo edificio de tres plantas (seis aulas en total) que posibilitó la recuperación del salón de actos, y se asumió la Educación Infantil al abandonar el pueblo las monjas franciscanas.

Los años 80, por su parte, estuvieron marcados por la especialización. Y es que comenzó a funcionar la Educación para alumnos con necesidades especiales y se incorporó la Educación Física así como el servicio psicopedagógico. En 1983 hubo que ampliar nuevamente el centro, llegando a 16 aulas.

En los 90, la aprobación de la LOGSE “provocó un cambio profundo en la escuela. Hubo un cambio en la estructura de cursos y etapas, que continúa hasta la actualidad” reconoció el director. Y es que en esos años se construyó al lado del colegio el Instituto Valle del Aragón para alumnos y alumnas de entre 12 y 16 años, centro con el que se sigue compartiendo el aula de música, el salón de actos, el patio y el polideportivo, debido a su proximidad.

A partir del 2000, el centro notó la transformación de las características del alumnado debido a que comenzaron a llegar al pueblo familias procedentes de otros países. “Esta inmigración se sigue produciendo en la actualidad. Ello ha hecho que haya un alumnado muy diverso, pero, aunque en ciertos momentos se han tenido que tomar nuevas medidas organizativas y metodológicas, la misión de nuestro colegio sigue siendo la misma: la formación integral del alumnado. El educar personas sanas, libres, críticas, respetuosas, responsables y competentes” concluyó Barrena.