Agentes de la Guardia Civil han detenido en la comarca del Bajo Cinca (Huesca) a un hombre y una mujer de origen rumano que captaban a inmigrantes de su misma nacionalidad mediante falsas promesas laborales y que luego esclavizaban en explotaciones agrícolas de la zona.

Según informa el instituto armado, los detenidos obligaban a sus víctimas, dos hombres y tres mujeres, a vivir en una casa en el medio del campo que carecía de luz y de agua corriente y que tenía las ventanas rotas.

La actuación policial, desarrollada en el marco de la Operación Yunkai, se inició el viernes pasado a raíz de la llamada hecha por una persona para informar de que un familiar suyo se encontraba retenido, con otras cuatro personas más, en una casa de campo en el Bajo Cinca.

Las pesquisas, desarrolladas con la mayor celeridad ante la situación denunciada, permitieron determinar a los agentes que los inmigrantes se habían desplazado a España con una oferta de trabajo y que a su llegada les habían retirado la documentación con la excusa de utilizarla para formalizar contratos agrícolas.

Para justificar su identidad ante los agricultores que les contrataban, los detenidos, que actuaban como intermediarios, les devolvían momentáneamente la documentación a fin de que pudieran recoger sus cheques por el trabajo realizado.

A la salida de las entidades bancarias donde hacían efectivo el pago, los detenidos les exigían comisiones en concepto de alojamiento, transporte y consecución de trabajo que suponían el 50 por ciento del total percibido, y les volvían a retirar sus documentos.

Según las fuentes citadas, los detenidos mantenían a sus víctimas confinados en una casa de campo aislada e, incluso, llegaron a amenazarlos de muerte si abandonaban el trabajo.

A última hora de la tarde del pasado viernes, los agentes, mediante una aplicación de mensajería móvil, consiguieron localizar a las tres mujeres en la casa de campo que habitaban.

Con la ayuda de un intérprete, las mujeres explicaron a los investigadores que los dos hombres se habían dirigido a la localidad de Fraga con la intención de escaparse, aunque por el miedo a represalias no querían denunciar los hechos ante la Guardia Civil.

Una vez trasladadas las cinco víctimas a dependencias oficiales, los agentes procedieron a registrar la casa de campo, en la que había una estancia cerrada con documentación contable, cuadrantes con anotaciones de otras personas y de cantidades de dinero, así como numerosa documentación personal, de la Seguridad Social y de identidad.

Los agentes realizan gestiones para verificar si todas las personas referidas en los documentos que guardaban los detenidos han sido también víctimas de explotación laboral.

Los detenidos, un hombre de 38 años y una mujer de 30 domiciliados en la comarca del Bajo Cinca, fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Fraga, cuyo titular ordenó su puesta en libertad con cargos por un presunto delito de trata de seres humanos con fines de explotación laboral.