Todos los acusados que declararon ayer en el juicio por tráfico y venta de cocaína y heroína en la “operación Gladio” reconocieron su culpabilidad. El único que mantiene su inocencia es S.C.G.C., actualmente en prisión, que asegura no tener nada que ver con esta trama. Para los demás se mantiene el acuerdo alcanzado entre las defensas y la Fiscalía de imponer penas de prisión de dos años, con el compromiso de proceder a su suspensión. Todos coinciden en negar la inculpación de L.F.D.C. y de S.C.G.C., a quienes el Ministerio Público considera cabecillas de la organización.

Para la guineana C.I.D.C., el fiscal pedía en principio tres años y medio de prisión y una multa de 42.900 euros. Portó en su cuerpo 73 cápsulas de cocaína y heroína. Asumió su culpabilidad y dijo que la droga se la dio un tal José “El Nigeriano”. Estuvo en casa de L.F.D.C., al que se considera líder de la banda, pero ella aseguró que no fue quien le suministró las sustancias, sino que solo la dejó quedarse en su casa y llevarla al aeropuerto de Madrid. Otra mujer, J.G.P., aceptó que se dedicaba a la venta de heroína en Fuerteventura y de hecho en su casa fueron intervenidos casi 90 gramos de esa droga. Negó que conociese a los citados líderes. L.F.D.C. reconoció los hechos pero se negó a inculpar a S.C.G.C., de quien dijo que solo era un amigo. Aseguró que en la conversación interceptada que sostuvieron ambos se limitó a explicarle los problemas que tenía con la policía. “Nadie está aquí por no hacer nada”, añadió. El acusado usó el pasaporte de S.C.G.C., ya que no contaba con documentación.

A A.G.F. la Fiscalía le solicita en principio cuatro años y medio de cárcel y el pago de 906.000 euros. Durante su declaración reconoció su participación en los hechos y que conocía a L.F.D.C. pero negó que este le aportara droga. En su domicilio se hallaron 11 bolsas de cocaína, ya que, según dijo, se quedó sin trabajo y atravesaba un mal momento. El valor de lo intervenido en el mercado hubiese sido de 600 euros. N.A.D.S. es la pareja de A.G.F. y confesó que se dedicó a la venta de droga, pero solo cuando no estaba su marido.

I.C.G.D. intervino por videoconferencia desde Madrid. El acusado fue detenido en mayo de 2010 en Los Rodeos, tras llegar desde Lanzarote con 73 cápsulas de cocaína en su interior. Dijo que el viaje como correo lo organizó un nigeriano. Aunque aseguró que admitía los cargos, el fiscal retiró la oferta de conformidad, ante lo que el juez apuntó la posibilidad de proceder a un receso para que el letrado le explicase a su defendido lo que ocurrió. La abogada de S.C.G.C. consideró que se presionaba al acusado para inculpar a su cliente y así aceptar el acuerdo con el Ministerio Público. A su juicio, todo suponía vulnerar el derecho fundamental a la defensa y ruptura del principio de mediación. Aspectos que, según anunció, plasmaría en un posible recurso ante el Tribunal Supremo. El magistrado lo negó y dijo que habría suspendido la vista ante la imposibilidad de que I.C.G.D. compareciera personalmente. Tras un receso, el abogado defensor de este último pidió que volviera a declarar, a lo que el juez lo emplazó para el turno de la última palabra.