Muy atento a cada paso que da el vecino del norte, México vive estos días pendiente de la tramitación de la ley migratoria en el Senado estadounidense y que podría legalizar a un millón y medio de indocumentados, la mayoría de ellos mexicanos.

A pesar de que aún falta mucho camino por recorrer, la decisión del Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, favorable a la legalización, fue recibida por la opinión pública mexicana como una primera victoria a la que aún le restan algunos obstáculos.La prensa y los principales columnistas del país hablan en su mayoría de «buena noticia».

El presidente mexicano, Vicente Fox, ansioso por dejar la Presidencia del país con un acuerdo migratorio bajo el brazo, dijo, incluso, que se trata de un «gran triunfo, resultado de un largo y perseverante trabajo de más de cinco años».

Durante todo el fin de semana, como si de un asunto de política interna se tratara, los informativos de televisión, periódicos y radios del país han recogido ampliamente las manifestaciones de sus compatriotas que recorrieron importantes ciudades de Estados Unidos reclamando papeles y su condición de trabajadores por encima de la de criminales.

El mandatario mexicano señaló que es «muy alentador» que se esté avanzando hacia un esquema que además permita la legalización de miles de compatriotas y la regularización de los futuros flujos migratorios. «Yo tengo la convicción total de que estamos detrás de un asunto que es por demás justo y estratégico, y que es para bien tanto de México como de Estados Unidos», explicó el mexicano, tres días antes de la reunión que mantendrá el próximo jueves en Cancún con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en el marco del Tratado de Libre Comercio firmado entre los dos países y Canadá. Fox ha puesto todo su empeño en dejar cerrado antes de que concluya su mandato un acuerdo migratorio que prometió al inicio de su gestión. Sería «un gran triunfo para todos los que creemos en que la migración es un tema positivo para las naciones» concluyó el presidente mexicano.

Hasta el momento, un millón de mexicanos ilegales transita por Estados Unidos oculto o escapando de una deportación probable, de ahí el interés del país azteca en resolver favorablemente su legalización. México tiene, además, en las remesas que envían sus emigrantes una de las principales fuentes de ingresos del país junto al petróleo y el turismo.

Después de años de indiferencia, la voz de sus emigrantes empieza, incluso, a ser tenida en cuenta ya que, por primera vez en la Historia, los mexicanos en el exterior podrán elegir presidente en las elecciones del próximo 2 de julio.