De Roma a Fátima, la familia de refugiados palestinos que hablará con el papa

El Periodico, Cristina Cabrejas EFE, 13-05-2017
Las cuatro generaciones de una familia de refugiados palestinos a los que el papa Francisco conoció durante su misa de Jueves Santo en un centro de acogida cerca de Roma volverán a verlo mañana en Fátima, donde viven ahora tras una vida pasada huyendo de la guerra.

Los diez miembros de esa familia posan ante la prensa frente el gran altar colocado en el santuario de Fátima y cuentan, en una mezcla de inglés, portugués y un poco de italiano, su emoción porque mañana volverán a ver a Francisco.

EL papa les conoció cuando el Jueves Santo de 2016 acudió al centro de refugiados de la localidad de Castelnuovo di Porto, cercana a Roma, para la tradicional ceremonia del lavado de los pies que se celebra siempre en esa fecha.

Al conocer su historia, Francisco quiso verles a solas en una de las salas del centro y le contaron cómo había sido su vida huyendo de las guerras desde que Amina, la bisabuela, huyó con su marido de Palestina, en 1954.

Llegaron a Irak, donde nacieron sus hijos y nietos, pero después volvieron a huir a Siria, y con el estallido de la guerra no dudaron en escapar a Libia, donde a bordo de una barcaza llegaron a la isla italiana de Lampedusa, en noviembre de 2015.

Explican a

Los dos más pequeños, de 8 y 10 años, hijos de Duraed y de Tahani llevaron incluso las ofrendas en la misa que celebró el papa en este centro para refugiados.

Duraed contó también al papa que en esta vida de “huidas” el momento más terrible fue cuando tuvo que decidir meter a sus hijos en una barcaza.

Tahani explica el miedo que pasaron durante toda la travesía ya que ninguno sabía nadar.

Nada les podía hacer imaginar que mañana a las 09.00 hora local (08.00 GMT) volverán a reunirse con Francisco en la residencia de Nuestra Senhora do Carmo donde se aloja durante su visita a Fátima.

Tras conseguir el estatus de refugiados en Italia, fueron seleccionados en el programa de recolocación de la Unión Europea y acabaron en Portugal el año pasado en Batalha, un pequeño pueblo a tres kilómetros del santuario.

Aquí ha nacido la más pequeña de la familia, que tiene cinco meses.

Aseguran que se encuentran perfectamente integrados y que a pesar de que son musulmanes no les importó venir a uno de los más importantes centros del catolicismo.

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