Vivir, y no sobrevivir, a través del arte en un campo de refugiados en Kenia
El Periodico, , 15-05-2017Una quincena de artistas de este campo, conocidos como “The Mix” exhiben desde hoy sus obras en una exposición organizada por la chilena Josefina Muñoz, en la que reflejan el día a día de personas procedentes de diferentes países y que han visto detenidas sus vidas en Kakuma.
La muestra “Creativity Reborn” (el renacer de la creatividad en español) es una diversa colección que incluye piezas en las que se habla, a través del pincel, de la vida en Kakuma o del arte tradicional de los países de origen de los artistas, y que incluye también coloridos retratos de ciudadanos africanos.
El objetivo de la misma es dar a conocer al resto de refugiados el talento artístico que hay encerrado entre las cuatro paredes de un campamento que da cobijo a cerca de 200.000 personas en el desierto de Turkana, en el norte del país.
El proyecto también se expone globalmente en la página web “www.refugeeartists.com”, que informa sobre el perfil y trabajo de los artistas con la idea de, no solo de darlo a conocer al mundo, sino de vender piezas y proporcionar una forma de vida autosuficiente a los refugiados.
“Pretendemos que su arte no se desperdicie en cualquier otro trabajo, sino que se dediquen a lo que más les gusta”, explica a Efe la coordinadora de la iniciativa, que subraya la importancia que tiene poder “vivir a través de su trabajo creativo” para personas en esta situación.
Esta artista cuenta para ello con el apoyo económico de la Embajada de España en Kenia, que apostó por la importancia de dar a conocer “el talento artístico que hay en los campos de refugiados”.
El sursudanés Stephenal Thakiy, la keniana Zuleikah Hussien, el congolés Avril Shabani o el etíope Legasse Esjetu son algunos de los quince virtuosos que ofrecen una explosión de colores y formas en una mezcla de retratos y paisajes, e incluso motivos de la tradicional “henna” (aleña) árabe (tinte natural de color rojizo) que plasman en láminas.
Para Muñoz, investigadora de la vida nómada en Turkana, fue fácil dar con los artistas dentro del campamento, porque todo el mundo conoce el talento de estos refugiados.
Sin embargo, cuenta, no tenían la forma de canalizar y convertir esta afición en su modo de vida. “El talento está, solo faltaba el medio”, apunta Muñoz.
Ahora, a través de la página web, podrán acercar al resto del mundo las preocupaciones, sueños y experiencias de personas que no eligieron vivir donde lo hacen, pero que intentan hacerlo con dignidad.
Los artistas de Kakuma planean además construir una figura de arquitectura tradicional turkana en la entrada del campo de refugiados, con el fin de “dar un sentido de pertenencia al lugar”, explica la coordinadora.
“Todos vienen de diferentes países y, aunque se supone que es una transición, nadie sabe hasta cuando estará aquí. Sin embargo el monumento se queda en el campo para siempre, eso regalará a la gente el sentido de pertenencia”, dice Muñoz, que, según avanza, será una estructura simple hecha con medios de la zona: palos y bolsas.
Aunque algunos suman más de 20 años viviendo en un campamento de refugiados, el arte ha logrado rescatarlos de su día a día para seguir siendo tan esencialmente “iguales a personas que viven en mejor contexto”, apunta Muñoz.
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