Indiferentes

Diario Sur, 28-03-2006

Las islas Canarias se han convertido en el destino soñado de miles de africanos. Las informaciones que nos llegan de Mauritania son espeluznantes. Las costas africanas están preparadas para botar 4.000 cayucos. Las mafias, que cobran unos 500 euros por el trayecto, están adquiriendo barcos de la antigua Unión Soviética, que usarán como cargueros humanos. Las cifras que maneja la Guardia Civil hablan por sí solas: entre 1.200 y 1.700 subsaharianos han muerto ahogados en diciembre de 2005. Sólo entre febrero y marzo podrían haber embarcado unos 2.500 inmigrantes con rumbo a España. Y lo peor de todo ello es que quienes consiguen escapar de su tierra, están dispuestos a viajar al precio de su propia vida.

La magnitud del problema es tal, que nuestras sociedades opulentas corren el riesgo de encogerse de hombros, rendirse a la fatalidad y confiar la solución del problema a la maquinaria burocrática de los estados del Bienestar. Por otro lado, el miedo a la invasión hace que el mundo desarrollado crea posible levantar muros que impidan la entrada de emigrantes en nuestros países.

No podemos quedarnos indiferentes ante esta situación y mientras tanto, nuestros políticos de todas las ideologías discuten sin llegar nunca a un acuerdo de bienestar para el ser humano.

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