El autor de la impactante foto de París es un refugiado sirio que perdió un ojo en Alepo

La Vanguardia, Redacción, 03-05-2017

El autor de la foto más impactante del pasado
Primero de Mayo en París
, en la que un policía antidisturbios es alcanzado de lleno por un cóctel molotov lanzado por manifestantes, es un refugiado sirio que trabajó como reportero de guerra en su país, perdiendo allí la visión de un ojo, según publica el diario Le Parisien. Zakaria Abdelkafi, de 31 años, cubrió la batalla de Alepo entre el 2013 y el 2015 para la agencia France Presse.

“En cuanto la ví, supe que era una foto de las que dan la vuelta al mundo”, comentó Zakaria Abdelkafi. En efecto, la instantánea fue portada de los grandes diarios. “Al mismo tiempo, estab a triste porque el éxito de esta foto se sustentara en el dolor de esa persona en llamas. Pero es mi trabajo, estoy ahí para mostrar lo que pasa”.

Abdelkafi, originario del barrio de Saladino, un foco de la revuelta popular de primera hora en Alepo, comenzó como miembros de los comités revolucionarios y, con unos amigos, lanzó una serie de programas de televisión – que solo se podían ver en la zona rebelde– en forma de comedia de situación, Prohibido en Siria. Cuando la ansiada revolución se convirtió en guerra, empezó a trabajar para las agencias internacionales.

“Yo solo cogí un arma –decía el año pasado a Le Nouvel Observateur–, mi cámara fotográfica, para doumentar los crímenes del régimen de Bashar el Asad contra los ciudadanos y los civiles. A veces me convertí en conductor de ambulancia, en enfermero, daba de comer a la gente… Esa fue mi forma de resistir. En el 2013 me formé para convertirme en reportero de guerra. Filmaba las masacres. En Alepo, los helicópteros sobrevolaban la ciudad para lanzar barriles de explosivos de manera aleatoria, uno de ellos explotó a 200 metros de mí…”

El 15 de septiembre del 2015, Zakaria Abdelkafi cubría un combate entre milicianos rebeldes y tropas del régimen en el barrio de Saladino. Una bala alcanzó el marco metálico de una puerta junto a la que se encontraba y una esquirla le partió una ceja. “Noté correr la sangre y grité: ¡mi ojo, mi ojo!, luego me desmayé”. El fotógrafo fue llevado a un hospital en la frontera turca, donde fue operado, perdiendo sin embargo al visión de un ojo. Al cabo de dos meses en Turquía, pudo llegar a Francia como refugiado, siendo acogido por una familia.

“Sólo necesito un ojo para trabajar”, afirma.

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