Recuerdos del desarraigo

Josefina Cembrero presentó en Getxo 'El tren de la memoria', un film que recoge su testimonio como emigrante en Alemania durante los 60

El Correo, 28-03-2006

Al igual que miles de españoles, Josefina Cembrero tuvo que abandonar la seguridad de su entorno para buscar una vida mejor. Fue en 1963, a medianoche, en la localidad palentina de Venta de Baños. Subió a un tren con destino a Alemania y también a lo desconocido. Su historia es una de las que recoge ‘El tren de la memoria’, un documental proyectado en Getxo durante las recién clausuradas ‘Jornadas por la diversidad y contra la discriminación’, organizadas por el Área de Igualdad del Ayuntamiento. Cembrero asistió en el Getxo Antzokia a la presentación del film dirigido por Marta Arribas y Ana Pérez.

«No sabíamos lo que nos esperaba. Nos llevaron en autobús desde Palencia y, a mitad de camino, en medio del campo y en plena noche, firmamos el contrato», recuerda. Al rememorar su experiencia de emigrante sus ojos se llenan de lágrimas. «Yo era una chica normal. Era generosa, creativa, decidida, me querían en el pueblo, pertenecía a la iglesia, al barrio Y al llegar allí todos esos valores no sirven. Pierdes tu identidad», relata emocionada. En Alemania las vivencias fueron intensas y difíciles. La imposibilidad de comunicarse al desconocer el idioma, el trabajo en cadenas de montaje y las dificultades para acercarse a la sociedad de acogida, fueron algunos de los muros con los que se encontró, muchos de los cuales nunca cayeron. Siguieron en pie hasta el día de su regreso.

El problema de volver

Josefina Cembrero, que desde el principio peleó por mejorar su situación y la de su entorno, continúa en esa misma lucha. Ahora el problema es el retorno, porque los que se fueron y sus hijos han vuelto. Pero tampoco en éste, su país de origen, encuentran un lugar. «De algún modo, se repite la situación de desamparo vivida al emigrar. Y eso duele más, porque no lo esperas. Crees que te mereces una acogida digna», añade Cembrero. Para ayudar en estas situaciones, ella ha promovido la creación de «más de 20 centros de Apoyar, una asociación que, como su nombre indica, ofrece la asistencia pedagógica y atención de apoyo al retorno».

Al mismo tiempo, se permite mirar a su alrededor y es consciente de las dificultades por las que pasan quienes vienen a España, de países sin recursos y buscando una vida mejor. «Los que vienen ahora lo hacen con sus valores, con su dignidad, con su respeto a los mayores. Muchos son cultos, con toda una vida detrás Y aquí sólo son inmigrantes, nada más», afirma Cembrero.

«Emigrar no supone ningún delito – añade – . Si acaso el delito lo constituye el hecho de tener que hacerlo por un reparto tan injusto del pan y del agua». Por eso, recomienda que «en estos días de lucha contra el racismo pensemos sobre esto».

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