Realidades complejas
Mezcla
Canarias 7, 27-03-2006
Las Palmas de Gran Canaria
Reconocen Imad y Swel Noury que la presencia de la madre y la ausencia del padre en su primer largometraje, Heaven’s Doors, es constante, «el hilo conductor de las tres historias» que se narran y entrecruzan. Y fue precisamente la madre de los jóvenes hermanos Noury la que financió la producción del filme de sus hijos. Gracias a esta circunstancia – «cuando tu madre produce no tienes presiones», dice Swel Noury – «lo que se ve es lo queríamos que se viera», un trabajo en el que primó «la libertad total».
Aunque contaran con la financiación materna y el respaldo paterno – su padre es Hakim Noury, director de prestigio en Marruecos – , las cinco semanas de grabación fueron «muy duras pero productivas». Tanto como grabar, a los hermanos Noury les apasiona el trabajo posterior, el montaje. La «tragedia en tres actos» que es Heaven’s Doors se desarrolla en una Casablanca que muchos en Marruecos no conocen. Los hermanos Noury se defienden y dicen que «la película está llena de recuerdos de nuestra infancia», de un lugar «donde no vivimos hace tiempo». Lo quieran o no otros, «se refleja Casablanca», pero desde «nuestra realidad». Estrenada en Marruecos, lo cual ya es importante, Heaven’s Doors no ha sido entendida, según afirman los propios realizadores. «Ha sido un fracaso». Aunque no importa, dicen: «No pretendemos representar a los cineastas magrebíes».
Entre las muchas cosas que narra el primer largo de los hermanos Noury destaca el fenómeno de la inmigración. Dice Swel Noury que «en Marruecos existe la idea de que hay que irse fuera, de que no hay nada dentro por lo que luchar». La gente mira con ansia hacia Occidente a través de la televisión. «Alucinas en Marruecos con el número de parabólicas que hay que alimentan un sueño».
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