Las autoridades españolas repatriaron ayer a un primer grupo de subsaharianos indocumentados que en las últimas semanas llegaron a las islas Canarias procedentes de Mauritania. Los 50 inmigrantes, en su mayoría nacionales de Mali y Senegal, partieron en avión desde Fuerteventura y aterrizaron en el aeropuerto de Nuadibú, según informó la Dirección General de la Policía.

Durante el vuelo y hasta su entrega a las autoridades mauritanas, agentes de la Unidad Central de Expulsiones y Repatriaciones de la Unidad de Intervención Policial y un equipo médico y sanitario custodiaron y acompañaron a los inmigrantes africanos.

Los extranjeros estaban a punto de cumplir el tiempo máximo de estancia en los centros de atención de inmigrantes de habilitados en las islas y el Gobierno los trasladó a Mauritania en cumplimiento del acuerdo de colaboración suscrito entre ambos países tras la masiva llegada de pateras a Canarias en las últimas semanas.

Mauritania se ha hecho cargo de los ‘sin papeles’ y podrá devolverlos a Mali y Senegal, países con los que tiene acuerdos de repatriación. Las autoridades españolas han acordado con las mauritanas la construcción de un centro de acogida que permitirá al país africano hacer frente a la devolución de indocumentados. Esta semana tres aviones del Ejército del Aire llevaron material a Nuadibú para construirlo.

Ayuda española

La ya conocida como ‘crisis de los cayucos’ hizo que el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, viajara a la capital de Mauritania, Nuakchott, donde prometió ayuda española y de la Unión Europea para frenar la avalancha de pateras que parten de este país con destino a las costas canarias.

Asimismo, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ya ha insistido en varias ocasiones en que «todas las repatriaciones se realizarán con toda la legalidad y con todas las garantías de derechos civiles». Ante la llegada masiva de inmigrantes desde Mauritania, que se ha convertido en una ruta alternativa para intentar llegar a las costas españolas, el Gobierno ofreció a este país cuatro de sus patrulleras de vigilancia para controlar la avalancha de subsaharianos.

Y es que los centros de acogida de Canarias están desbordados. En concreto, en el archipiélago hay tres Centros de Internamiento para Extranjeros (CIES), dos de los cuales han superado el límite de su capacidad, según la Delegación del Gobierno: el de Las Palmas y el de Fuerteventura posee 1.070 plazas y alberga a 1.174.

En estos centros los ‘sin papeles’ pueden permanecer un máximo de 40 días, a la espera de ser devueltos a sus países de origen o enviados a la Península.