Mediterráneo: de mar azul a tumba para 5.098 personas

La crisis Siria y otros conflictos de Oriente próximo y norte de África han provocado una situación humana insostenible

Diario de Noticias, , 18-04-2017

Pamplona – El pasado año 2016 terminó con la trágica cifra de 5.098 hombres, mujeres y niños fallecidos al intentar cruzar el Mediterráneo, 1.400 más que en 2015. La mayoría de los fallecimientos y desapariciones tuvieron lugar en la que es la ruta migratoria más peligrosa del mundo, la del Mediterráneo central, que lleva de Libia a Italia. En 2016, una de cada 40 personas que trataron de llegar a Italia desde las costas libias murieron en el intento. Sin embargo, a pesar de la magnitud de la crisis y de la enorme pérdida de vidas, la respuesta de la UE en el Mediterráneo central se ha limitado a declarar “la guerra a los traficantes” y se ha centrado medidas de disuasión y de externalización de fronteras en lugar de salvar vidas y establecer vías seguras para que estas personas puedan acceder a la protección que proporciona Europa.

21.600 rescatados con 3 barcos En 2015 MSF decidió iniciar una nueva línea de intervención (junto a otras ONGD) como es la del salvamento marítimo. El año pasado MSF tuvo desplegados tres barcos de búsqueda y rescate en esta zona: Bourbon Argos, Dignity I y Aquarius, (este último en colaboración con la ONG SOS Méditerranée). Los tres buques rescataron a más de 21.600 personas. Durante las operaciones de rescate, los equipos de MSF han podido comprobar que las embarcaciones son cada vez más precarias, que los traficantes emplean nuevas y más mortales tácticas, que el número de menores no acompañados se ha incrementado (el 16% de quienes llegaron a Italia en 2016 eran menores y el 88% iba solo, sin la compañía de un familiar adulto) y que la mayoría de las personas rescatadas coincide en describir su tránsito y estancia en Libia como una pesadilla marcada por los abusos y la violencia (incluida la violencia sexual), el secuestro, la detención arbitraria en condiciones inhumanas y la tortura.

Desde que comenzó la crisis, MSF viene reclamando a la UE y a sus Estados miembros que cambien radicalmente sus políticas, ofrezcan una alternativa segura a la ruta marítima y acojan a refugiados, migrantes y solicitantes de asilo. Sin embargo, “siguen haciendo oídos sordos a esta tragedia que se desarrolla a las puertas de la región más desarrollada del planeta”, dicen. Navarra, tanto desde la sociedad civil como desde sus instituciones autonómicas y locales, ha sido ejemplar en este sentido pese a la actitud ralentizadora del Estado español. – J.I.C.

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