Un grupo de medio centenar de inmigrantes subsaharianos, que llegaron a Canarias en cayuco de forma clandestina, fueron devueltos ayer desde Fuerteventura a la localidad de Nuadibú, en el norte de Mauritania, según informaron ayer fuentes diplomáticas españolas. Los cincuenta inmigrantes fueron entregados a las autoridades civiles mauritanas para que sean alojados en un centro de acogida, a la espera de su repatriación a sus países de origen, indicaron las mismas fuentes.

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Se trata de ciudadanos subsaharianos, originarios en su mayoría de Senegal y de Mali, que fueron detenidos en Canarias durante las últimas semanas, cuando las islas fueron escenario de una avalancha de pateras sin precedentes debido al buen tiempo y a la necesidad de los sin papeles de buscar nuevas vías de entrada a Europa, tras el cierre a cal y canto de las fronteras de Ceuta y Melilla. Los inmigrantes fueron transportados en un avión civil, desde el aeropuerto de Fuerteventura, y en todo momento estuvieron acompañados por un equipo médico y sanitario, así como por agentes de la unidad central de expulsiones y repatriación de la policía nacional.
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Mauritania se ha hecho cargo de los inmigrantes y podrá devolverlos a Mali y Senegal, países con los que tiene acuerdos de repatriación. Las autoridades españolas han acordado con las mauritanas la construcción de un centro de acogida que permitirá al país africano hacer frente a la devolución de indocumentados.
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Tres aviones del Ejército del Aire de España llegaron el pasado 21 de marzo al aeropuerto mauritano de Nuadibú con ayuda para construir un centro de acogida de inmigrantes. Además del material humanitario se han desplazado a Mauritania 35 militares de Salamanca, y también se han trasladado a la ciudad mauritana cinco miembros de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Los aviones también llevaron comida, tiendas de campaña, mesas, grupos electrógenos, un depósito de agua y diversos útiles necesarios para equipar el centro.