BILBAO – Zorrotzaurre tendrá cámaras de vigilancia en el punto más peligroso de la zona para velar por la seguridad de los vecinos. Más iluminación, vallas con más visibilidad, atención a los jóvenes, limpieza, patrullas… En definitiva, un paquete de medidas de acción inmediata para atajar los problemas que denuncian los vecinos. La paliza que recibió un residente la pasada semana volvió a encender la alarma roja de un problema que exige una actuación multidisciplinar con la implicación de varias áreas.

Zorrotzaurre está en camino de convertirse en una de las zonas de expansión más apetecibles de Bilbao, pero la transformación se está cobrando su propio peaje, según piensan los vecinos. Se refieren a que el retraso en las obras ha dejado pabellones abandonados que a la espera del derribo han sido ocupados por diferentes personas, algunas de los cuales, están produciendo problemas. “Conviven con ratas, suciedad y en esas circunstancias es hasta normal que tengan comportamientos violentos”, han llegado a decir los vecinos.

Tras la brutal paliza que recibió la pasada semana un vecino, el propio alcalde se puso en contacto con la mujer para interesarse por lo ocurrido y avanzarle una reunión con la asociación de vecinos del barrio. Así fue. Juan Mari Aburto y los concejales de Seguridad, Tomás del Hierro; Obras y Servicios, Ricardo Barkala; Políticas Sociales, Iñigo Pombo, y Urbanismo, Asier Abaunza, mantuvieron un encuentro con los representantes del vecindario quienes han trasladado sus inquietudes y han demandado mejoras que pueden ayudarles a mejorar la convivencia en Zorrotzaurre.

“Es un tema complicado, sino ya estaría resuelto. Por otra parte, hay que decir que es un asunto claramente departamental y multidisciplinar”, apunta Iñigo Pombo. Así, cada Área trabaja desde sus competencias para mejorar esta situación. “Vengo hoy (la semana pasada) de una reunión en la que estamos trabajando una estrategia vasca de casos de exclusión grave. Estamos empezando a trabajar con jóvenes extranjeros marroquíes. No tienen trabajo, ni formación y no pueden volver a casa porque volverían con un fracaso y encima esnifan pegamento porque es la droga más barata. Con ellos estamos empezando a trabajar ya desde hace algún tiempo y viendo como resolver los problemas. Nos preocupa el tema de Zorrotzaurre y el de los chicos marroquíes, que no creo que son los que dan problemas a los vecinos, pero de todo hay que ocuparse”.

Medidas en marcha La policía municipal identificó a los jóvenes que viven en estos pabellones abandonados lo que a los vecinos “nos da bastante seguridad”. Ahora estudian en qué punto, una vez pasado el puente de Gehry, se pueden colocar cámaras de vigilancia que velen por la seguridad de los vecinos.

El Área de Obras y Servicios también ha hecho sus deberes. Las vallas que hasta ahora eran opacas se han hecho más visibles. Se ha puesto una malla menos opaca que hace que este punto este más iluminado. La iluminación es precisamente otra de las demandas que también han sido atendidas. Se va intensificar la luz en la zona más problemática que es justo la primera parte de la ribera.

Otra de las cuestiones que han pedido los vecinos es que se riegue más la zona donde ahora se producirán los derribos que es en el pabellón ubicado a partir del número 24 de Ribera de Deusto hasta la calle Particular de Sagardui, según explica Abaunza. El concejal de Planificación Urbana es a su vez el presidente del Distrito por lo que es quien ha abierto un vínculo directo de comunicación para que los vecinos le informen de cualquier asunto que ocurra en Zorrotzaurre o le trasladen las demandas que puedan mejorar la convivencia.

Pero a las medidas concretas habrá que sumar un plan que trabaje con las personas. Precisamente, en el último pleno celebrado el pasado jueves se ha aprobado una partida para trabajar con migrantes jóvenes marroquíes que están en situación de extrema vulnerabilidad. “Hemos llegado a un acuerdo con la fundación Harribide, con el centro Ellacuria… para hacer un proyecto de intervención junto con el Gobierno vasco y la Diputación”. Pombo explica que no necesariamente están en Zorrotzaurre, “hay algunos en dispositivos pero les caracteriza una situación de exclusión y vulnerabilidad muy grave. El abordaje debe ser conjunto”, concluye.