Los vascos que han cumplido un siglo se disparan un 70% en apenas una década

Euskadi suma 576 personas con más de 100 años de vida, una cifra que aumenta de forma imparable

Diario Vasco, BRUNO VERGARA, 03-04-2017

Cuando estalló la Guerra Civil ya eran adultos. Han escuchado y vivido historias de todo tipo. Alegres y tristes. Su resistencia y metabolismo especial les hace diferentes. Viven una larga vida. Centenaria. En Euskadi, 576 personas superan los 100 años, según los últimos datos del Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Una cifra en imparable aumento en las últimas décadas como consecuencia de los avances científicos que han ampliado la esperanza de vida. En 1980 apenas 50 residentes en el País Vasco habían cumplido un siglo. En el no tan lejano 2007 ya sumaban 338. Desde entonces se han disparado un 70%.

¿Qué hace diferentes a las personas que llegan a tan avanzada edad? «Tienen una genética especial con una mayor resistencia a la oxidación; es decir, que los antioxidantes, que tanto están de moda, los llevan de fábrica», explica Iñaki Artaza, presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología y director asistencial de Igurco. Tienen genes que «comprimen la morbilidad», añade. «La persona con este ADN enferma (de gravedad) en el final de sus días» y dispone de una salud más robusta que la media hasta llegar a ese periodo. Las dolencias que sufren son las mismas que cualquier otro, aunque de forma más tardía. Su situación equivale a la de una persona con 10 años menos. Es decir, al llegar a 100 años es como si tuviera 90.

El aumento del número de personas longevas está ligado al crecimiento de la esperanza media de vida, que en Euskadi es de 85,4 años para las mujeres – una de las más altas de la Unión Europea – y 78,9 años para los hombres. «Desde la industrialización hemos cambiado nuestros hábitos de vida, desde la higiene hasta la alimentación», apunta María Teresa Bazo, catedrática de Sociología, al explicar este fenómeno.

A los cambios sociales y económicos que han favorecido esa mejora se suma el avance en otros ámbitos, como el descubrimiento de vacunas y de tratamientos médicos cada vez más efectivos (y costosos) para prevenir enfermedades o curar otras que eran mortales en la mayoría de los casos hasta hace unos años. «La tasa de mortandad infantil ha bajado de forma drástica» en las últimas décadas, destaca Bazo, mientras la calidad de vida de los mayores ha progresado de forma sustancial. Las muertes se producen a una avanzada edad y, en una buena parte de los casos, por enfermedades como el cáncer o las cardiovasculares «en las que hemos conseguido avances para hacerles frente» con éxito en un alto porcentaje de episodios, añade.

Acelerón desde 2000

Estos adelantos se ven reflejados en el vertiginoso aumento de personas centenarias. Vivir un siglo es cada vez más frecuente. Solo 50 personas superaban ese umbral en Euskadi en 1980, según el Eustat. Diez años después la cifra se había duplicado con creces al ascender a 127. A partir de 2000 (cuando había 2000) el acelerón ha sido espectacular. En 2005 se contabilizaban casi 183, casi el doble (338) en 2007, hasta llegar a los 576 ciudadanos del 1 de enero del pasado ejercicio, el último dato oficial del Instituto Vasco de Estadística.

La inmensa mayoría de esos centenarios – (495) el 86% – son mujeres, un hecho acorde con su mayor esperanza de vida media. Y también con unos hábitos más saludables en las generaciones femeninas de edad más avanzada, que en sus años jóvenes no probaron (o lo hicieron sólo excepcionalmente) el tabaco y el alcohol, y que, por su tardío acceso al mercado laboral, no estuvieron sometidas a los agentes contaminantes de los hombres que trabajaban en la industria pesada.

Es lo que se denomina epigenética. «Nacemos con el mismo código genético, un molde fijo por decirlo de alguna forma, pero que dependiendo del ambiente en el que vivimos se manifiesta de una u otra forma», explica Artaza. «Una persona que tenga un gen por el que sea más propenso a sufrir un cáncer del pulmón, si fuma, teoricamente se verá afectado antes por esa enfermedad. En este sentido, la epigenética juega en contra de las mujeres, ya que hay más que fuman que hace unas décadas», lo que se traduce en una mayor incidencia de ella del cáncer de pulmón y de otras enfermedades respiratorias. «No debemos olvidar el ambiente en el que vivimos y el estilo de vida», subraya el geriatra. Un varón de la parte sur de Vitoria tiene una esperanza de vida media de 82 años, mientras que uno del barrio de Bilbao La Vieja es de 71,5.

La baja tasa de natalidad es otro de los factores que provoca que el País Vasco sea una sociedad cada vez más envejecida, subraya Bazo. Con la inmigración, los números tuvieron una ligera mejora, “pero la tendencia es que esos ciudadanos extranjeros han adoptado unas pautas de vida de los países de acogida», sostiene la socióloga.

La mayor longevidad tiene un efecto directo en el gasto del Estado de Bienestar; en el especial, en el sistema de pensiones, la sanidad y la dependencia. «España es muy particular. No es tanto que no haya personas que vayan sustituyendo a las que salen del mercado laboral, sino que hay una tasa de desempleo altísima», apunta Bazo. La catedrática en Sociología hace hincapié en que «envejecer no es un problema o una desgracia. Vivir más y en las mejores condiciones es un gran logro, pero lo que lo que debemos hacer es saber hacer frente es a los retos que nos presenta».

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