Iban Prados y Onditz Jauregui: «Participar es mucho más fácil de lo que nos imaginamos»

A falta de tres días para que finalice el plazo, Tolosaldea Sahararekin advierte de que aún se necesitan seis familias

Diario Vasco, ELENE ARANDIA, 29-03-2017

Tras la reciente presentación del exitoso vídeo ‘Bueltan nahi zaitut’, y a falta de tres días para que finalice el plazo de inscricpción para la acogida de menores saharauis en verano, hoy, 28 de marzo, la asociación Tolosaldea Sahararekin comunica que aún faltan seis familias en su reto de llegar a un total de quince.
EL DATO

31 de marzo. Finaliza el plazo de inscripción de la campaña ‘Oporrak bakean’.

Necesidad. Faltan seis familias de acogida en la comarca. La asociación comunica la necesidad urgente de conseguir más familias dispuestas a colaborar.

Información e inscripciones. Departamento de servicios sociales del Ayuntamiento, o llamando a los teléfonos 645.71.07.89 (Ana) y 696.01.47.86 (Eli).

Entrevistamos a la villabonatarra Onditz Jauregui y al tolosarra Iban Prados, dos jóvenes cuyas familias dieron hace varios años el paso de acoger a Yousuf y a Luali, en un camino en que se han cruzado otros tantos menores refugiados.
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-¿Cuánto tiempo llevan participando como familia de acogida?

-O.J.: Ya casi hemos perdido la cuenta, creo que seremos familia de acogida para siempre, hasta que consigan vivir en una Sáhara libre, por lo menos. Empezamos en el 2009. El programa ‘Vacaciones en paz’ lo conocemos desde hace mucho tiempo; mis primos de Tolosa han sido familia de acogida durante más de diez. Hemos acogido a diversos niños de una misma familia e incluso hemos acogido a dos menores a la vez.

-I.P.: Este será nuestro octavo verano. En nuestro caso, el contacto ha sido siempre directo, debido a la cercanía profesional de mi madre.

-El concepto de ‘familia’ es amplio, ¿cómo es la suya?

-O.J.: Aunque en un principio nuestra familia estaba compuesta por cuatro personas, ahora es mucho más amplia, y con la llegada del verano y los niños, todavía se hace más grande. Fue una decisión que tomamos mis padres, mi hermano y yo. Recuerdo que el primer año, cuando mis tíos y primos conocieron a nuestro menor se creó un vínculo especial, y hoy es el día que seguimos ‘luchando’ todos por poder pasar un poco más de tiempo con el mismo.

-I.P.: Cuando empezamos éramos una pareja que ni siquiera vivíamos juntos. En nuestra familia no había niños, y era la primera vez que se acogía a un menor saharaui. Los dos estábamos trabajando, curiosamente, los dos primeros veranos fueron, seguramente, los que más trabajo tuvimos, y contamos con la ayuda de nuestras familias y de la asociación. Es sorprendente el respeto que los niños tienen hacia las personas adultas y mayores en general, algo que no se percibe tanto en los niños de aquí. Se crea un vínculo muy especial.

-¿Cómo es su verano?

-O.J.: Durante el primer mes aprovechamos para realizarles las pruebas médicas necesarias, para que se aclimaten y se relacionen con el resto de niños saharauis. Se reúnen dos o tres veces por semana, realizan excursiones y cursillos. El año pasado, por ejemplo, hicieron uno de natación. El mes de julio, normalmente, aprovechamos para quedarnos por aquí, y en agosto nos vamos a Salou de vacaciones.

-I.P.: Intentamos que se integren con los demás niños, y que su día a día sea parecido al de un menor de aquí. Hemos visto que en los pueblos pequeños se adaptan mucho mejor por la relación cercana. Por las mañanas, normalmente, acuden a una ludoteca, y los días que tenemos vacaciones, el niño nos acompaña. No hemos cambiado nada en nuestra rutina.

-¿Qué lleva a la gente a participar por primera vez? ¿Y a repetir?

-O.J.: Creo que en la primera vez influye haberlo conocido de cerca; te mueven la curiosidad, la solidaridad y las ganas de compartir la experiencia. Y en el caso de las familias que llevan tiempo haciéndolo, no creo que sea cuestión de inercia, sino el ‘enganche’ y el vínculo que se crea entre las dos familias. Con el paso de los años se convierte más fuerte, ves que ambos reciben y dan. Cada vez que nace un nuevo miembro en nuestra familia saharaui, aprenden todos nuestros nombres.

I.P.: Hemos visto un poco de todo. Algunas personas conocen la situación política; otras -que es nuestro caso no conocíamos tanto cómo era la realidad y nos hemos involucrado porque hemos vivido la experiencia; algunas familias se animan a vivir una nueva experiencia, y otras, en cambio, porque simplemente quieren ayudar.

-El vídeo de este año han sido todo un éxito. Los datos, sin embargo, reflejan lo contrario. ¿Qué creen que ha podido influir?

-O.J.: Creo que para formar parte de ‘Oporrak bakean’ solo necesitas dos cosas: tiempo y ganas. A pesar de que mucha gente quiera vivir esta experiencia, el tiempo es lo más preciado que tenemos, y hoy día, escasea. Personalmente, animo a todas esas personas que hayan dudado a dar el paso, los meses pasan volando, y no vas a dedicar tu tiempo a nadie que no sea a ti. Pensar que has podido ayudarles es una experiencia que te hace sentir especial. Participar es mucho más fácil de lo que nos imaginamos. Quizás no damos el paso hasta ver que realmente vemos que disponemos de tiempo libre, pero la asociación te ayuda muchísimo.

-I.P.: Hace aproximadamente diez años hubo un gran boom, y como tal ha decaído. La situación económica creo que tampoco ha ayudado mucho, y además, hay tanto en qué ayudar hoy día que la ayuda se diluye. Pero, a las familias nos sorprende el hecho de que, a pesar de que la gente de nuestro entorno vea que todo sale bien y es una bonita experiencia, no se animen.

-¿Cómo se puede involucrar?

-I.P.: Para mí, deberíamos pensar en por qué no, y en cómo tiene que ser la situación para que las familias de allí pongan a sus hijos en manos de familias desconocidas…

-O.J.: Todo aquel que conoce a los niños se queda enamorado. Puede que la clave esté en dar a conocer la campaña una vez que los niños estén aquí para que la gente conozca la realidad y cómo es el día a día.

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