«Es necesario renovar la conferencia mundial de Derechos Humanos después de 24 años»
Antônio Cançado, juez brasileño y reputado experto en la defensa de los derechos, habla en Donostia del avance en la protección de las personas
ABC, , 29-03-2017Más de cuatro décadas dedicado al derecho internacional, han llevado a este abogado, jurista de derecho, juez y profesor en la Universidad de Maastrich, a ser presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y, desde 2009, a formar parte de la Corte Internacional de Justicia de la ONU en La Haya.
Crisis de los refugiados
«Hoy en día vivimos la descomposición del tejido social en varias partes del mundo. Pero siempre es así. A lo largo de los años he comprobado que los tribunales de derechos humanos han dado respuesta a los desafíos que se han planteado en cada momento, pero luego siempre surgen nuevos desafíos que requieren nuevas soluciones», asegura Cançado a este periódico. Destaca que en los países menos democráticos se vulneran «en mayor medida» los derechos fundamentales a la vida, a la integridad y a la seguridad de la persona.
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En este sentido, el magistrado se refiere a la crisis de los refugiados en el mundo y pone como ejemplo de buen hacer la colaboración que llevó a cabo como juez de la Haya con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en 2014, para proteger a los desplazados por persecuciones o conflictos en el triángulo Honduras, Nicaragua y Guatemala. «Allí se jugó con la anticipación. Se fue previsor y se vio venir la crisis, y por eso se actuó de manera acertada». Sin embargo, en lo que respecta a la situación de los refugiados sirios, la mayor crisis humanitaria europea desde la Segunda Guerra Mundial, «no hubo ninguna previsión, no se anticipó nada. Se fue aplazando la búsqueda de soluciones hasta llegar a la situación traumática de hoy. Es algo que no puedo entender», lamenta.
Tercera convocatoria
Como «defensor del ser humano», al juez brasileño le preocupa que sesenta años después de su publicación, la Declaración Universal de los Derechos Humanos no se renueve. Porque, asegura, existen violaciones de estos derechos en todas partes del mundo. «Yo abogo por una tercera convocatoria mundial de la conferencia mundial. Renovarla después de 24 años», asevera. Cançado reconoce que todavía no existe una definición universalmente aceptable de lo que es el terrorismo «y esto complica la manera de atajarlo».
A su juicio, los Estados deben asumir sus obligaciones como partes en convenciones internacionales que dispongan sobre el principio de la jurisdicción universal. Dichas convenciones, como las de Naciones Unidas, son las que proveen la base más sólida para la aplicación del principio de la jurisdicción universal en nuestros tiempos. «No obstante, por encima de la voluntad está la conciencia, y una vez que se ha aceptado la jurisdicción de un tribunal internacional el procedimiento ya no está sujeto a la voluntad del Estado», concluye.
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