Canarias califica de propina la ayuda de la UE para la inmigración

La Voz de Galicia, 26-03-2006

El Ejecutivo canario considera incomprensible que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, esté conforme con el anuncio de la UE de destinar dos millones de euros a la lucha contra la inmigración irregular, lo que en su opinión parece «una propina».

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La consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, Marisa Zamora, criticó ayer en rueda de prensa el hecho de que la Unión Europea ni siquiera haya tenido «la dignidad» de tratar esta cuestión en la reunión del Consejo, sino que se habló de la inmigración «en una cena de los ministros de Asuntos Exteriores».

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Marisa Zamora dijo que la cifra de dos millones de euros «no es nada», pues incluso el Gobierno de Canarias invierte seis millones en la atención a los menores inmigrantes.

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La consejera señaló que este problema es muy serio y llevará un camino muy largo, y advirtió de que no se arreglará a no ser que haya «una decidida ayuda» de Europa, que «no puede dar la espalda» a España y Canarias en este ámbito.

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Anunció además que el 3 de abril se celebrará una reunión de la comisión formada por los representantes del Gobierno autonómico y del Ejecutivo central. Asimismo el 24 habrá una de la subcomisión creada en las islas para estudiar la inmigración irregular.

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Añadió además que la secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Consuelo Rumí, le ha planteado la posibilidad de celebrar una reunión con el resto de comunidades autónomas para pedir que acepten acoger a los menores extranjeros indocumentados que llegan a Canarias, lo que Zamora consideró difícil en el caso de las regiones que no tienen cupo asignado en esta materia.

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Los casos de menores

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El problema de los menores inmigrantes «es mucho más complejo» que el de los adultos porque no se pueden repatriar, por lo que Canarias trabaja en la línea del reagrupamiento familiar y los centros de acogida, con la limitación de que la capacidad está fijada en 250 niños.

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Por ello las islas realizan «un esfuerzo tremendo» a pesar de que, explicó la consejera, «a uno se le rompe el alma» cuando se trata con los menores que llegan en los cayucos, que son «muy buenos chicos, con una gran capacidad para aprender y muy nobles».

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