La UE estalla de júbilo y ve el inicio de una primavera europea

Los eurófobos del continente guardan silencio ante el varapalo sufrido por su colega holandés

La Voz de Galicia, C. PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL , 17-03-2017

Euforia desatada tras certificar la derrota de los extremistas. La UE respira tranquila después de sortear su primer obstáculo, el xenófobo Geert Wilders. El Trump holandés seguirá por el momento fuera de juego y, aunque todavía quedan por delante dos citas más con las urnas en Francia y Alemania en las que se medirá la resistencia de la UE al populismo de ultraderecha, el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, se muestra esperanzado con esta primera victoria.«Es un voto para Europa y un voto contra los extremistas. Una inspiración para muchos», manifestó en la carta de felicitación que envió al primer ministro, Mark Rutte, al que le dedica un corazón al término de la misiva, gestos que regala el luxemburgués cuando le embarga el buen humor. En Bruselas se respira un cauto optimismo. En sus cuarteles esperan que la «primavera patriótica» se transforme en «primavera europea», la apuesta en firme por «una sociedad libre, tolerante y próspera».
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«Holanda, eres una campeona», proclamó el equipo de Angela Merkel a los holandeses, elogiando la movilización masiva del electorado (80 %) que logró, a pesar de la enorme fragmentación del voto, levantar un dique de contención para frenar a Wilders. El presidente francés, François Hollande, sabe que su país se la jugará en la segunda vuelta de las presidenciales el próximo mayo. Los sondeos auguran que el Frente Nacional de Le Pen llegará a los comicios en cabeza. «Los valores de apertura, respeto a los demás y fe en el futuro de Europa es la única y verdadera respuesta a los impulsos nacionalistas y el repliegue que está sacudiendo al mundo», manifestó el galo tras celebrar la derrota de los eurófobos. El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, que también brega en su país con movimientos ultraderechistas como la Liga Norte y populistas como el Movimiento 5 Estrellas, se mostró satisfecho por el «no al nexit (salida de Holanda de la UE)», que proponía Wilders. La alegría podría durar poco si Bruselas y los Gobiernos nacionales descuidan los motivos por los que los ciudadanos castigan con su voto en cuanto tienen oportunidad: brecha amplia de desigualdad, desprotección, incertidumbre laboral y pésima gestión migratoria. Poco le va a importar a un francés o un alemán lo que hayan votado sus pares holandeses. La derecha antieuropea ha perdido una batalla, pero sigue dispuesta a luchar para ganar la guerra que le ha declarado a la UE. El silencio que guardaron ayer sus paladines, como queriendo olvidar una mala noche, contrasta con el hostigamiento perpetuo que afligen a los europeístas en cada una de sus manifestaciones.El jolgorio generalizado que desataron tras el referendo del brexit o la victoria de Trump quedó apaciguado tras ver frustradas sus esperanzas de asestar otro golpe. Solo la líder del AfD alemán, Frauke Petry, salió en defensa de Wilders. «Es el ganador de las elecciones aunque los medios no lo quieran asumir. El VVD del primer ministro ha perdido una cuarta parte de los escaños y los socialdemócratas tres cuartas partes mientras que el PVV ha ganado casi un tercio», indicó, ignorando que el resultado es peor que el obtenido en el 2010.Geert Wilders nunca pierde«Pase lo que pase, el genio no volverá a la botella». Ya lo advirtió Geert Wilders antes de conocer los resultados que han colocado a su partido PVV en segunda posición. Al extremista islamófobo no le preocupa que Rutte se haya impuesto con un margen más amplio de lo que pronosticaban los sondeos. Primero o segundo, él siempre gana. Lo ha hecho marcando la agenda al resto de partidos, a los que ha contagiado, con menor radicalidad, la retórica anti inmigración, seña de identidad del PVV.Desde el VVD de Rutte hasta los socialdemócratas del PvdA han teñido sus discursos de esa toxicidad que desprende el precursor de la nueva derecha europea. Mientras los partidos europeístas todavía paladean el triunfo en forma de porcentajes y escaños, Wilders celebra su propia victoria, la de haber impregnado a la política holandesa con sus ideas. El líder del PVV se prepara para maniobrar desde la sombra de la oposición a la que quedará relegado en esta legislatura.Su mensaje, similar al de Le Pen, trasciende las fronteras nacionales. En Alemania, la canciller Angela Merkel, se vio obligada a endurecer su política migratoria en vista del rápido ascenso de los populistas del AfD. El primer ministro eslovaco, el socialdemócrata Robert Fico, se sumó también a la iniciativa de sus vecinos centroeuropeos para no acoger refugiados musulmanes para sacar rédito electoral y Bruselas no dudó en sellar un polémico acuerdo con Turquía para impedir la llegada de más migrantes. La UE logra por el momento mantener a raya a los extremistas, pero estos no perderán nunca mientras el resto de fuerzas sigan absorbiendo sus discursos.

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