Holanda pone a prueba el auge del populismo en Europa. Los holandeses están hoy llamados a votar en unas elecciones legislativas en las que el líder ultraderechista Geert Wilders
ha estado en el centro de la campaña. Wilders depositó hoy en un colegio de La Haya su voto y advirtió que “pase lo que pase en estas elecciones, el genio no va a volver a la botella”, en referencia al ascenso del populismo en Europa.

El líder de la extrema derecha holandesa prometió que, si resulta vencedor, convocará un referendo contra la Unión Europea (UE). “Si gano, habrá referendo (contra la UE), porque hemos dado nuestro dinero a países extranjeros. Vamos a recuperar Holanda para los holandeses”, indicó el líder del Partido por la Libertad (PVV), de corte antiislam y euroescéptico.

Wilders repitió que tiene intención de cumplir las promesas de su campaña, no solo con la convocatoria de un referéndum, sino prohibiendo el islam y cerrando las puertas a la inmigración. Asimismo, llamó al voto de los más de 12 millones de holandeses para “tener menos islam” en los Países Bajos. “El islam y la libertad no son compatibles”, añadió, y dijo que los musulmanes “son libres de irse cuando quieran” de Holanda.

Wilders bromeó sobre la abrumadora presencia de la prensa nacional e internacional y dijo que espera que “haya tantos votantes como periodistas” acudiendo a las urnas. El líder de la ultraderecha holandesa se mostró optimista hacia el resultado de las elecciones y afirmó que el PVV “va a ser el más grande” de estos comicios “históricos”, a pesar de – señaló – “lo que quiere la élite” política.

Por su parte, el primer ministro holandés, Mark Rutte, pidió al depositar su voto en La Haya que los Países Bajos “creen un precedente” y frenen la “ola de populismo” tras el triunfo del brexit y de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos.

“Tenemos que evitar que ocurra un efecto dominó. Este es un momento en el que nos jugamos o un cambio de rumbo hacia la dirección contraria o apostar por una política no experimental, que logre más éxitos a partir de los éxitos de los cuatro años anteriores”, explicó Rutte, segundos antes de entrar al colegio electoral.

Pidió votar por su partido para “mantener este país seguro y estable”, y reconoció que “existe el riesgo de que despertemos mañana y que el partido de (el ultraderechista) Geert Wilders sea el mayor” de los Países Bajos. “Debemos frenar la ola de populismo porque estas elecciones se celebran bajo la presión de la victoria de Trump en EEUU y el brexit”, indicó el político liberal.

El primer ministro llamó a todos los holandeses a votar porque ese derecho “es un logro y fue peleado por muchas personas”. “Debemos crear un precedente. El mundo está pendiente de nosotros”, indicó además en referencia a las siguientes citas electorales en Europa este año, en Francia y Alemania.

Definió estos comicios como “cruciales” y aseguró que había luchado “hasta el último momento” para volver a ganar y tener la oportunidad de una tercera legislatura. Los colegios electorales abrieron sus puertas hoy las siete y media de la mañana y permanecerán abiertos hasta las nueve de la noche. Los holandeses tienen hasta 28 posibilidades de voto aunque cinco son los partidos favoritos.

Justo después del cierre de la urnas, se conocerán los resultados basados en las encuestas realizadas a pie de urna. Los votos serán contados a mano para evitar algún posible ciberataque y los primeros resultados fiables, que incluirán la distribución de los escaños entre los partidos, se conocerán en torno a la una de la madrugada, tal y como informaron fuentes del Consejo Electoral. Los votos serán contados a mano para evitar algún posible ciberataque

Las elecciones son importantes y se nota en la participación. La participación en las elecciones parlamentarias holandesas de hoy está siendo más alta que hace cuatro años, con un 69% del voto depositado a las siete y cuarto de la tarde, frente al 60% de 2012. En total son 8,9 millones de holandeses los que han votado.

Los últimos días de campaña electoral han estado marcados por la tensión entre el gobierno holandés y el presidente de Turquía, Erdogan. Las autoridades holandesas impidieron el aterrizaje del avión del ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, en Rotterdam donde pretendía participar en un mitin al igual que su compañera de gabinete la ministra de Asuntos Familiares, Fatma Betül Sayan Kaya.

A raíz de este conflicto, Erdogan calificó a los holandeses como “nazis” y los acusó de crímenes de guerra. Pues bien, el conflicto ha estado presente a pie de urna. Algunos votantes denunciaron hoy la presencia de carteles turcos en colegios electorales.

Las movilizaciones a pie de urna fueron más allá de simples carteles. Los mensajes xenófobos de Wilders han tenido su respuesta en forma de movilización por parte de turcos y marroquíes en el diversos puntos de votación, entre ellos el barrio de Schilderswijk.

Moha Shouabi, un holandés de padre marroquí, ha declarado a Efe que Holanda debe empezar a “defendernos contra los estereotipos que promueve el PVV (Partido de la Libertad, que lidera Wilders)”. Ahmed Jayun, funcionario y traductor de 46 años apunta en la misma dirección que su compatriota. Hay una polarización de la política que es muy preocupante y que antes no existía”, afirma él.