Estrecheces familiares
La Verdad, 25-03-2006El periodo de crecimiento prolongado que vive la Región se está traduciendo, entre otras cosas, en un aumento del consumo en cierto número de familias y en un estimable dinamismo empresarial, aunque la Comunidad se encuentra por debajo de la media nacional en capacidad de ahorro ciudadano y, lo que es peor, en dificultades para llegar a final de mes. Esta expansión nuestra está poniendo de relieve con toda su crudeza las desigualdades socio – financieras tradicionales, y las sobrevenidas en los últimos años.
Los datos de los Presupuestos Familiares ponen de relieve un agridulce panorama en el que aumenta algo el número de hogares con recursos suficientes para llegar a final de mes, pero también – y esto es lo grave – reconoce que más de la mitad de los murcianos se encuentra en una situación económica difícil de modo permanente.
Con tal panorama, apoyado por la progresiva subida de los tipos de interés y el sobreendeudamiento familiar – que llega al 110% de la renta bruta disponible – no es de extrañar que el Banco de España haya pulsado las alarmas y recomiende con firmeza que ciudadanos y Gobierno moderen el gasto ante lo que se nos puede venir encima.
Parece evidente que la afluencia masiva de inmigrantes en la Región durante los últimos años ha contribuido a la reducción del nivel salarial medio, que el presidente Valcárcel considera temporal debido al crecimiento económico acelerado y a la tendencia a igualarse con el resto.
Sin embargo, esta contratación masiva de mano de obra extranjera poco cualificada explica sólo en parte la ubicación regional en el furgón de cola salarial. En los años anteriores al boom económico actual teníamos ya el dudoso privilegio de ser una de las comunidades con sueldos más bajos del país.
No parecen ociosas, pues, tras los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, las advertencias y recomendaciones de José Luis Malo de Molina, especialmente en zonas como la nuestra donde la mayoría de las familias vive al día por voluntad propia (alto consumo) o por necesidad (bajos salarios), donde el nivel de ahorro, por tanto, es escaso y donde el sobreendeudamiento hipotecario parece exagerado.
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