Un periodista uruguayo afincado en la ciudad portuaria de Las Palmas de Gran Canaria decide investigar el asesinato de una prostituta. Es el punto de partida de ‘Los malditos’, la obra que llega hoy (20.30 horas en el Teatro Coliseo, entradas a 12 euros) a las Jornadas de Teatro. Se trata de la primera producción del proyecto Corredores Culturales creado por los socios de la Red Eurolatinoamericana de las Artes Escénicas (Redelae). Con ocho nominaciones a los premios Max esta obra llega a Eibar antes de partir en abril a sendos festivales internacionales en Venezuela y Costa Rica.

El actor uruguayo Gustavo Saffores, el argentino Quique Fernández y los españoles Emilio Buale y Soraya G. del Rosario dan vida a los personajes de una obra escrita por Antonio Lozano y dirigida por Mario Vega. La escenografía tiene un papel importante en este montaje ya que una estructura tubular sirve para construir los distintos escenarios en los que transcurre la obra.

‘Los malditos’ acerca el teatro de carácter social a las Jornadas de Teatro de Eibar. Un periodista, su amigo congoleño al que conoció en uno de sus viajes, la prostituta de la que está enamorado este último, el jefe del periodista y el camarero del bar en el que se reúnen forman los personajes principales de la obra. Entre ellos se desarrolla la investigación del asesinato de una prostituta, una mujer sin papeles.

«Esta obra permite unir dos líneas de trabajo: por una lado una temática social clara de denuncia de un mundo insolidario en el que se encuentran todos los malditos de la tierra y, por otro, la trama negra que narra el crimen de una prostituta senegalesa en el puerto. Hemos unido por tanto un género muy popular y rítmico como es el thriller negro con una historia de trasfondo social que nos apetecía contar», señala el director Mario Vega sobre la obra.

Drama y estética

‘Los malditos’ se estrenó hace seis meses y su autor Antonio Lozano no pretendió exagerar la realidad, sino hablar de situaciones que se producen en nuestro entorno, con tramos poéticos que suavizan el desarrollo de la tensión dramática. El director artístico de las Jornadas de Teatro Juan Ortega apuntaba en la presentación que se trata de una obra «dura, muy visual, con un componente estético importante».