El endurecimiento de las medidas del Gobierno británico afecta también a los inmigrantes extra comunitarios, como lo demuestra el caso de Irene Clennell, recién deportada a Singapur pese a llevar 27 años casada con un británico y a tener dos hijos y una nieta inglesa.Clennell fue detenida en un centro de seguridad en Escocia y en total aislamiento de su familia británica. Su visado como “esposa” de británico le obligaba a ganar al menos 22.000 euros al año y a pasar prolongados espacios de tiempo en el Reino Unido y sin poder viajar. Sus largas estancias en Singapur para cuidar de sus propios padres (ya fallecidos) pusieron en alerta a las autoridades de inmigración.Su cuñada, Angela, ha denunciado en la página de ‘Go Fund Me’ (donde logró recaudar 10.000 euros para los trámites legales) la impotencia y el trauma sentidos por su familia: “Es indignante lo que ha ocurrido. Sin ella, su familia británica está rota y 30 años de felicidad saltan por los aires (…) La deportaron un domingo para que no pudiera tener contacto con ninguno de nosotros y para que no pudiéramos detener el proceso. Todas las llamadas y las gestiones de última hora fueron inútiles porque nadie nos cogía el teléfono. La situación me hace sentirme enferma”.“No me dejaron ni decir adiós a mi familia”, denunció la propia Irene Clennell en el momento de su partida, en declaraciones ‘Buzzfeed’. “Todo lo que pude hacer fue llamar a mi marido por teléfono y romper a llorar. Me sacaron del centro de detención y me llevaron al avión. Cuatro personas me llevan a Singapur y no sé lo que haré cuando aterrice”.