Marruecos instala puestos militares fijos en la frontera para evitar nuevas avalanchas

Amenazan de muerte al líder de los inmigrantes subsaharianos por reunirse con ONG españolas

La Razón, 23-03-2006

Ceuta – Marruecos ha instalado varios puestos fijos de vigilancia en el
entorno del perímetro fronterizo para mejorar las condiciones en que
trabaja el millar de soldados, aproximadamente, que custodian desde
octubre el perímetro fronterizo de Ceuta. Su objetivo es impedir nuevas
avalanchas de inmigrantes indocumentados como la del 29 de septiembre de
2005.
   Hasta ahora los militares permanecían alojados en varias
tiendas de campaña, mientras que a partir de ahora dispondrán de
estructuras de hormigón equipadas por placas solares capaces de alimentar
los habitáculos de energía eléctrica. Las autoridades marroquíes han
detallado a representantes oficiales españoles que su único propósito es
mejorar su vigilancia del área fronteriza. De hecho, las primeras
construcciones que se han visto estaban en los alrededores de la Finca
Berrocal, punto por el que el vallado fue asaltado simultáneamente en
otoño por 800 subsaharianos.
   Esa zona, que no captan las
cámaras colocadas en la frontera del Tarajal y que pasa por ser una de las
más permeables del perímetro, también es frecuentada por agentes de la
Gendarmería Real marroquí, que tienen sus propias garitas en los
alrededores.
   Mensajes amenazantes. La situación es complicada y es
que el líder de los inmigrantes subsaharianos que viven en Marruecos ha
sido también amenazado de muerte. «Nadie te tocará como piensas, pero
morirás como una mosca». Ése es sólo uno más de las decenas de mensajes
amenazantes que el presidente del Consejo de Inmigrantes Subsaharianos en
Marruecos, el congoleño Placide Nzeza, ha tenido que escuchar y leer
durante las últimas semanas a través de su teléfono móvil y en su cuenta
de correo electrónico.
   Placide Nzeza vivió durante cerca de un
año en los bosques de Beliones, la pequeña población marroquí que limita
con el perímetro fronterizo de Ceuta en su vertiente norte y ahora
sobrevive entre Rabat y Tánger, ciudades donde se ha empeñado en vertebrar
y organizar al colectivo de inmigrantes indocumentados subsaharianos.
   Esta semana, Nzeza puso en conocimiento de las oenegés, que durante los
últimos años vienen trabajando con el colectivo inmigrante que vive en el
país vecino, estos mensajes con el fin de «verificar la identidad de los
firmantes y conocer el riesgo al que nos exponemos los miembros del
Consejo».
   En el último e – mail amenazante, un sujeto que dice
hablar en nombre de la «Alta Comisaría» marroquí le advierte de que
«estamos al tanto de todo lo que haces». «No pondremos la mano sobre ti
para no darte importancia ante los que te sostienen; ya tendrán tiempo de
hacer un esfuerzo importante por librarte en cuanto caigas entre nuestras
manos», señala el remitente del mensaje, que se identifica como Said
Gouioui.
   «Seguimos de cerca tus entrevistas en radios extrañas donde
desacreditas a Marruecos en lo que concierne a los derechos del hombre»,
prosigue el mensaje, que acusa a Nzeza de reunirse «con españoles» y
dejarse utilizar por «ciertos políticos impotentes que se sirven de ti por
lo imbécil y negro que eres».
   «No pudiste defender tus
derechos en la República Democrática del Congo, pero viniste a defenderlos
aquí a Marruecos», concluye el correo: «Te informamos categóricamente, tus
días de vida en Marruecos son contados. Nadie te tocará como piensas, pero
morirás solo como una mosca».
   Reacciones. El escritor
belga de origen marroquí Serge Noil, fundador de la organización SOS Bel
Younech, reclamó ayer «una cadena de solidaridad efectiva, política,
moral, material y activa alrededor de Placide y de sus amigos» como
alternativa para proteger al portavoz del Consejo.
   Por su parte, el
economista y miembro del ATTAC Marruecos, Medí Lahlou, pidió al resto de
asociaciones no gubernamentales solidaridad «efectiva y activa» y la
constitución urgente de «un Comité asociativo, una Federación o un grupo
de asociaciones que podría, entre otras cosas, apadrinar al Consejo de
Inmigrantes Subsaharianos de forma directa».
   

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