El Papa vigila la frontera

Se inaugura en Ciudad Juárez una estatua de Francisco que podrá verse a ambos lados de la divisoria entre México y Estados Unidos

Diario Vasco, ISABEL URRUTIA, 18-02-2017

Mide unos cinco metros de altura y pesa alrededor de una tonelada. Es obra de Pedro Francisco Martínez, un artista mexicano que no ha dudado en mezclar bronce, mármol y concreto para mayor gloria del Papa Francisco. Se calcula que la construcción y montaje de la estatua, ubicada desde ayer en la localidad azteca de Ciudad Juárez, ha costado más de medio millón de dólares.

Una cantidad sufragada por los empresarios del estado de Chihuahua, fronterizo entre Estados Unidos y México. Se trata de una zona de paso y tráfico ilegal de personas. Un hervidero incesante de fugitivos.

Ciudad Juárez es la metrópoli más populosa de la región, con cerca de millón y medio de habitantes. Para la inmensa mayoría se ha convertido en un infierno. Desde el estallido de la guerra entre narcotraficantes, hace apenas seis años, se han cometido más de 15.000 asesinatos y se estima que el 40% de los jóvenes baraja la posibilidad del suicidio.

Esta ciudad también es conocida por los elevadísimos índices de criminalidad contra las mujeres . Han llegado a contabilizarse hasta cinco feminicidios en apenas 24 horas.

En esta región hundida en la violencia, decidió hacer parada el pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio hace exactamente un año con motivo de su visita a México. En aquella ocasión, el máximo representante de la Iglesia católica denunció «la explotación y la tragedia de la migración forzada». Nada se ha movido desde entonces en Ciudad Juárez, a excepción del impulso que el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Alejandro Ramírez, ha imprimido al proyecto de la estatua del Papa Francisco.

«Fue el señor Ramírez el que convenció a los empresarios para que se hiciera un homenaje al Santo Padre. Es un símbolo de amor, bondad y solidaridad. Por eso, nos parece tan importante que la mano del Papa apunte hacia la frontera entre Juárez y El Paso (Texas). Hace un año, dio un discurso que habló mucho de la unidad, y de que no deberían existir más barreras. La escultura es muy simbólica. El brazo izquierdo se extiende en paralelo al Río Bravo (que separa a México de Estados Unidos) para lanzar un mensaje de esperanza que llega a las dos ciudades (Ciudad Juárez y El Paso). No se pueden separar ni con la muralla de Trump ni con un río. Mi obra se podrá ver desde las dos localidades», insistía hace un par de días el escultor Pedro Francisco Martínez.

Donación de llaves

La inauguración contó ayer con la presencia del alcalde de Ciudad Juárez, Enrique Serrano, y no faltó la amenización musical de la mano de la Orquesta Azteca, formada por 120 jóvenes músicos. El colofón institucional lo puso la misa oficiada por el obispo local, José Guadalupe Torres, que recalcó «la unidad y el trabajo en equipo de los juarenses». Sirva como ejemplo que fueron muchos los fieles de la localidad mexicana que donaron sus llaves de plomo para que se fundieran junto al bronce y mármol de la figura colosal de Francisco. «La gente quería formar parte de la obra, aunque fuera de manera simbólica», recalcaba el artista.

Todavía se desconoce la reacción del propio Bergoglio. Solo se sabe que el año pasado le propusieron darle la bienvenida con una escultura similar y entonces se negó en redondo.

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