Hotz, un año de calor a los refugiados
Los actos, actividades y campañas de solidaridad para mitigar el drama que viven miles de personas no han cesadoEl balance es muy positivo, y por eso los voluntarios agradecen el apoyo de la gente
Diario Vasco, , 18-02-2017La mejor noticia de la peor crisis social europea en décadas, es que la inoperancia institucional ha generado una gran ola de solidaridad ciudadana. En Hotz Oñati, que acaba de cumplir un año de calor a los refugiados, están muy agradecidos de la cantidad de gente que está contribuyendo a paliar la injusta y difícil situación que atraviesan miles de personas que se encuentran en tierra de nadie después de huir del infierno de la guerra o de otras razones de fuerza mayor en sus países de origen.
Envíos. 16 palets de comida no perecedera, y productos de higiene y mantas. 1.000 kg de comida y mantas a Calais. 60 colchones a Siria donados por el Hotel Sindika. 6 palets de material de higiene. 8 palets con 1.162 mochilas solidarias a Petra y Oreokastro. Un palet con accesorios de invierno y katiuskas a Siria.
Sensibilización. Charlas de voluntarios; emisión de documentales (Astral, Refugiados, Camino a ninguna parte); concentraciones; exposición fotógrafica.
Otras acciones. Programa ‘Himaya’ de alquiler de pisos en grecia para los más vulnerables , así como familias monoparentales con niños pequeños, mujeres que viajan solas, etc.. Hasta ahora tiene alquilados 14 pisos y uno se llama Oñati. 45 personas (no todas oñatiarras pero sí la gran mayoría) ha donado 1 euro mensualmente.
Voluntarios. Iñaki Urizar estuvo en agosto en Sounio con la ONG Earth ayudando en las tareas diarias de distribución y compra de material. También pasó unos días en Atenas ayudando en diferentes squats y en Ellinicos, dónde SOS Refugiados tienen su almacén. Jon Soba y Maddi Txintxurreta estuvieron también en agosto en la isla de Chios trabajando con la ONG de Intxaurrondo Zaporeak en el campo de refugiados de Souda. También tuvieron la oportunidad de ayudar en las costas ayudando a Salvamento Maritimo Humanitario y fueron testigos de cómo llegaban dinguis a las costas griegas desde Turquia. Arantzazu Zubeldia está ahora en la zona de Thesalonica por segunda vez. Se encuentra en Softex con la ONG Intervolve.
Desde que impulsaron la idea, los actos, actividades y campañas no han cesado, y afortunadamente el termómetro solidario no ha bajado un ápice. El balance del año es altamente positivo y Hotz ha querido agradecer públicamente la solidaridad de la gente y hacer balance, en vísperas de la asamblea abierta que realizarán el próximo jueves, día 23, a las 18.00 horas en la sala Euskaldun Berria de Bidebarrieta.
Según explican surgieron por la preocupación que les generaba la gran crisis humanitaria/migratoria que está viviendo en los últimos años Europa, y en la actualidad son una veintena de voluntarios activos, que han tejido una tupida red solidaria. «La ayuda humanitaria está siendo vital para los refugiados que se encuentran bloqueados en Europa, y por eso tratamos de conseguir dinero. Creemos que es la ayuda más directa y eficaz que hay, pero también hemos llevado campañas de recolecta de material y actividades de concienciación y sensibilización para visibilizan el drama», explican.
Toneladas de comida no perecedera, productos de higiene y mantas, accesorios de invierno y katiuskas, mochilas escolares… han viajado desde Oñati a los campamentos de refugiados, sembrando sonrisas y alimentando estómagos e ilusiones. Además, no han sido pocos los voluntarios que han decidido echar una mano, empapándose de la realidad ‘in situ’. «Han llevado dinero donado de Hotz para que lo invirtieran en lo que más urgía ya que la situación en cada campo cambia y las necesidades son distintas», relatan.
Voluntarios en Grecia
Iñaki Urizar, por ejemplo, estuvo en agosto en Sounio con la ONG Earth ayudando en las tareas diarias de distribución y compra de material. También pasó unos días en Atenas ayudando en los diferentes squats y estuvo en el almacén de Ellinico, donde SOS Refugiados tiene su almacén y reparte todos los bienes que le llegan. Hotz Oñati también colabora con ellos e Iñaki fue testigo de la entrega de lo recogido.
Otros voluntarios, Jon Soba y Maddi Txintxurreta, viajaron también en agosto a la isla de Chios y estuvieron trabajando con la ONG Intxaurrondo Zaporeak. Allí cocinan todos los días unas 1.300 raciones de comida y se encargan de repartirlo en el campo de refugiados de Souda. Asimismo tuvieron la oportunidad de ayudar en las costas a Salvamento Marítimo Humanitario, y fueron testigos de cómo llegaban dinguis a las costas griegas desde Turquía arriesgando sus vidas en el intento.
Otra oñatiarra, Arantzazu Zubeldia, está ahora en la zona de Thesalonica por segunda vez. Se encuentra en Softex con la ONG Intervolve, y según su testimonio «la situación es muy dura. Viven en tiendas de campaña o en contenedores prefabricados, y las temperaturas bajas y las nevadas de este invierno han convertido su día a día en un infierno, ya que han tenido que soportar varios días sin electricidad o sin agua. Además, fuera del recinto, pero a pocos pasos, viven otros migrantes en vagones de trenes abandonados. En su mayoría son personas procedentes de Argelia o Marruecos y no tienen los derechos que poseen las personas registradas en el campamento. Estas diferencias, junto con la cruda realidad que envuelve sus días, crean muchos problemas y la violencia y peleas son frecuentes», relata. Como dato positivo señala que «los niños empezaron a ir a la escuela griega hace dos semanas».
Mucho apoyo local
Hotz ha querido reflejar en su balance los testimonios y acciones de algunos de los cooperantes oñatiarras en Grecia, pero no quiere olvidarse de todos los voluntarios que han estado trabajando en Oñati, gente que aunque no haya ido al país heleno, ha estado involucrada en la causa día sí y día también. Desde el local de Hermansoloña en Bidebarrieta, donde han trabajado todo el material recolectado, hasta los voluntarios que han ayudado en las diferentes acciones organizadas, o colectivos como Oñatiko Mendi Martxa o Txosna Batzordea entre otros.
Entre los proyectos realizados ponen en valor el de ‘mochilas solidarias’ llevado a cabo en colaboración con Dandelión y en el que colaboraron los centros escolares. «La idea inicial era mandar 300 mochilas y enviamos 1.162, que fueron revisadas una a una, etiquetadas por edad y género, empaquetadas y paletizadas. Mochilas llenas de material escolar, accesorios de invierno para enfrentarse al frío, ropa interior y calcetines nuevos, un juguete o detalle y una carta o dibujo que se repartieron en los campos de Petra y Oreokastro».
También han querido resaltar el compromiso con el proyecto ‘Himaya’ que es el nombre de un grupo de mujeres que alquila pisos en Grecia para ayudar a familias vulnerables, monoparentales con niños pequeños, mujeres que viajan solas, etcétera. «Hasta ahora tienen alquilados 14 pisos y podemos decir con orgullo que uno se llama Oñati porque 45 personas han donado 1 euro mensualmente para ayudar a estas familias», concluyen.
Hotz cumple un año con un reguero de proyectos e iniciativas solidarias en su mochila, y muchas ganas de seguir trabajando. La asamblea del jueves es una cita abierta a todos los que quieran conocer más de cerca su labor en favor de los refugiados.
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