“Es más fácil remover conciencias desde el arte”. La voz de Travis Somerville (Atlanta, Estados Unidos, 1963) apenas roza el aire del salón de actos del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga). Una voz suave, casi un hilo trenzado por el acento de la costa oeste norteamericana donde creció en el seno de una familia militante en la defensa de los derechos humanos. Un compromiso heredado por Somerville en una obra que a primera vista contrasta con esas maneras delicadas. Imágenes potentes, a veces crudas, en su obra reunida en el centro de arte de la capital en la exposición ‘Homeland no security’, presentada esta mañana.

La muestra ofrece una decena de piezas que tienen como denominador común su aproximación a la crisis humanitaria de los refugiados, a la intolerancia brotada del miedo y la ignorancia a partir de una iconografía que combina la cultura popular con la Historia del Arte. Así, Somerville mezcla el Ku Klux Klan con la pintura romántica del XIX (por poner los ejemplos más evidentes) en pinturas, dibujos y la instalación ‘War Paint’ (2016) que después de la exposición pasará a la colección permanente del CAC Málaga.

El director del centro, Fernando Francés, ha destacado la capacidad de la obra de Somerville para “remover conciencias”, al tiempo que ha destacado el “punto de sensibilidad” que se desprende del trabajo del autor norteamericano, en cartel en el CAC Málaga hasta el próximo 7 de mayo.