La derecha impide a una senadora leer una carta de la viuda de Martin Luther King
Los republicanos imponen el silencio para salvar la ratificación de Sessions como fiscal general
La Voz de Galicia, , 09-02-2017Desde que Donald Trump anunció su nominación como fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions supo que no lo iba a tener fácil. Así ha sido hasta el final en cada una de las audiencias de un Senado fuertemente dividido y contrariado por el oscuro pasado del exsenador por Alabama, lleno de acusaciones de racismo. Las denuncias sonaron más fuerte que nunca la noche del martes, cuando la senadora demócrata Elisabeth Warren subió al atril y leyó: «El señor Sessions ha aprovechado los poderes de su oficina para intimidar y asustar a votantes negros de edad avanzada».Esas palabras las había tomado prestadas de una carta de Coretta Scott King, viuda de Martin Luther King, que en 1986 envió al Comité Judicial del Senado y que evitó el nombramiento de Sessions a juez federal por racista. Warren intentó repetir la jugada pero se encontró con una defensa republicana, que desempolvó una polémica norma para acallar las protestas de la senadora por Massachusetts.«La senadora está poniendo en duda la conducta de nuestro colega de Alabama. Le llamo al orden bajo las provisiones de la Regla XIX», dijo el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. La Regla XIX prohíbe «atribuir a otro senador cualquier conducta indigna o impropia» y permite pedir al presidente de la Cámara alta que haga una llamada al orden contra quien formula dicha atribución.«Me sorprende que las palabras de Coretta Scott King no sean aptas para el debate en el Senado de EE.UU.», dijo atónita Warren, antes de continuar con su lectura. De nada sirvió su reflexión. «La senadora tomará asiento», concluyó el presidente de la sala, Steve Daines, antes de expulsar del pleno a Warren, con 49 votos a favor y 43 en contra.«Cuando la izquierda no tiene otros argumentos van y acusan a todos de ser racistas», dijo el senador, Ted Cruz.Todos debemos persistir«Fue advertida y sin embargo persistió», justificó McConnell. «Todos debemos persistir», contraatacó Hillary Clinton en Twitter. La exsecretaria de Estado repitió así un grito de guerra que se extendió por miles de perfiles en las redes sociales, noqueando la estrategia republicana que trataba de silenciar a Warren. Senadores como Tom Udall o Bernie Sanders volvieron ayer a leer la carta de Coretta Scott King. «Es escandaloso que la senadora no pueda participar en el debate», añadió Sanders. La misiva que grabó la propia Warren tras ser expulsada y su reclamación para que la dejaran hablar se convirtieron en trending topic mundial.Al final, se consiguió el efecto contrario: amplificar el mensaje de una mujer considerada la «gran dama» de la izquierda estadounidense. Warren, de 67 años y un carácter arrollador, es una ferviente defensora de las causas sociales. Aterrizó en el Senado en el año 2012 tras una larga carrera en el campo académico enseñando Derecho en la Universidad de Harvard. Desde entonces ha sido una de las oradoras más apasionadas.Trump redobla la guerra contra los juecesEl presidente de EE.UU. redobló ayer sus ataques contra el poder judicial para defender el veto migratorio que los tribunales han paralizado temporalmente. «No quiero llamar a una corte sesgada, así que no la llamaré sesgada. Pero los tribunales parecen ser muy políticos», cargó tras una reunión con oficiales de la policía en Washington, con la vista puesta en el tribunal de apelaciones que revisa su medida.Días antes, Donald Trump calificó a James Robart, artífice del bloqueo, como «supuesto juez» y le acusó de «arrebatar al país la capacidad de aplicar la ley». Ayer, continuó por la misma senda. Se vanaglorió del lenguaje utilizado en la redacción de su veto: «No puede ser más preciso. Cualquiera puede entenderla, hasta un mal estudiante de secundaria», dijo tratando de ridiculizar la recriminación del Tribunal de Apelaciones de San Francisco al abogado del Gobierno por no presentar pruebas para defender la legalidad de la orden ejecutiva. «Es vergonzoso», dijo Trump sobre las preguntas hechas por los jueces durante la audiencia. Acto seguido, tiró de su habitual retórica apocalíptica para justificar el cierre de fronteras a refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes: «Es un día triste. Nuestra seguridad está en peligro».«Persecución demente»La madre de Mia Ayliffe-Chung, una mochilera británica de 20 años apuñalada el pasado verano en un hostal en Australia, recriminó a la Administración Trump que etiquetara el asesinato de su hija como atentado islamista y le acusó de instrumentalizarlo para demonizar a los musulmanes. A pesar de que se descartó una motivación terrorista, el caso de la muerte de la joven fue incluida por la Casa Blanca en su lista de 78 atentados yihadistas supuestamente mal cubiertos por la prensa. «La muerte de mi hija no será utilizada para promover esta persecución demente de inocentes», recriminó Rosie Ayliffe.A la espera de la decisión judicial, Trump trata de mover sus fichas en el Capitolio de la mano de fieles senadores como Tom Cotton, quien ya ha presentado un proyecto de ley con el que se reduciría al 50 % la inmigración legal en el país. Mientras en la Cámara de Representantes, el congresista Mike Rogers es el encargado de imponer un impuesto del 2 % a las remesas enviadas desde EE.UU. a México y así, pagar el muro fronterizo. «Muchas personas dicen que Trump solo estaba bromeando con el muro. No estaba bromeando. Yo no bromeo», zanjó el presidente. Ese fue uno de los temas de las reuniones que el canciller de México, Luis Videgaray, con su homólogo de EE.UU., Rex Tillerson que anunció una visita al país vecino «en las próximas semanas , y el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly.Yemen desmintió que haya retirado el permiso a EE.UU. para atacar a Al Qaida en su territorio. No obstante, expresó su preocupación por el asalto de los Navy Seal del 29 de enero que acabó con la vida de mujeres y niños.
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