Wilders intoxica la campaña holandesa con noticias falsas

Hizo un fotomontaje para acusar a un rival europeísta de estar en una protesta islamista en la que no participó

La Voz de Galicia, CRISTINA PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL, 08-02-2017

Repetir varias veces una mentira no la convierte en verdad, pero difama que algo queda. Esa es la esencia de la guerra sucia que ha emprendido el líder ultraderechista holandés Geert Wilders contra sus rivales políticos a poco más de un mes de las elecciones. La campaña se ha transformado en una carrera por el fango a golpe de calumnia con un único protagonista: el partido xenófobo PVV. El último en caer víctima de las difamaciones de la formación eurófoba ha sido el líder del partido socioliberal D66, Alexander Pechtold. Wilders aprovechó el ruido que ofrecen las redes sociales para difundir en las últimas horas una fotografía en la que supuestamente se podía ver al político progresista enarbolando en Londres pancartas a favor de la instauración de la sharia en Holanda y la conquista islámica de Europa.
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«Pechtold se manifiesta junto a terroristas de Hamás. ¿Este es el próximo paso?», escribió en un tuit acompañado del fotomontaje que resultó ser falso. La foto se corresponde con una protesta organizada en la capital británica en el 2009 contra la visita de Wilders, a la que Pechtold jamás asistió. Lejos de reconocer el error, el ultranacionalista perseveró en su acusación haciendo valer la fama de embustero que le acompaña. «Deja de quejarte, reina del drama», espetó a Pechtold después de que este exigiese una sanción ejemplar por perjuicios.El liberal no se arrugó y tiró de retranca para humillar a Wilders a quien reconoció su creatividad por el «corta y pega». También le lanzó un dardo al apuntar al archivo fotográfico del PVV. En él se pueden ver instantáneas de los miembros del partido acompañados por neonazis. La prensa holandesa y todos los líderes de la oposición compartieron la indignación de Pechtold, quien ya sufrió la semana pasada otro ataque similar después de asistir a una manifestación en contra del veto migratorio de Donald Trump. El PVV le acusó entonces de querer destruir a Israel al detectar una bandera palestina en una instantánea de la protesta. El jefe de los verdes, Jesse Klaver, lamentó la «bajeza» con la que Wilders actuó y el viceprimer ministro holandés, Lodewijk Asscher, exigió al populista eliminar su cuenta de la red social para no seguir intoxicando la campaña electoral. La polémica está servida. Y no solo por la actitud del PVV holandés. La estrategia de propagar hechos, datos y afirmaciones falsas se ha contagiado entre los líderes populistas, empezando por el presidente de EE.UU. No es un tema menor. La UE se ha visto obligada a poner en marcha un programa de contrapropaganda para echar por tierra las falacias que se vierten sobre el bloque.

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